“Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual
pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno.” Efesios 6:16
La fe es un escudo que
puedes usar para guardarte de todo tipo de flechas, sí, hasta de los dardos
llameantes del gran enemigo, porque ni las jabalinas de fuego pueden penetrar
este escudo. No puedes caer en una condición en la que la fe no te ayude. Hay
una promesa de Dios adecuada para cada situación y Dios tiene sabiduría,
habilidad, amor y fidelidad para librarte de cada posible peligro; y por lo
tanto, solo tienes que confiar en Dios y de seguro vendrá la liberación.
Hasta si el problema
que tienes es culpa tuya, la fe sigue estando disponible. Cuando tu aflicción es evidentemente un castigo por una transgresión
dolorosa, a pesar de todo confía en el Señor. El Señor Jesús oró por el
falible Pedro para que su fe no fallara; su esperanza de recuperación estaba
ahí. Cuando te has hecho a un lado y por fin el Padre celestial te azotó un
poco con su vara, para que te entregues a él, entonces necesitas la fe. Sigue
confiando en la misericordia del Señor aunque en este mismo momento quizá
alguno de ustedes esté en gran aflicción y esté consciente de merecer sin duda
alguna todos sus problemas debido a su desatino. No dudes del Señor, tu Salvador,
porque él invita a sus hijos descarriados a regresar a él.
(A través de la Biblia
en un año: Daniel 1-3)
CHARLES SPURGEON - (Devocional “A los Pies del Maestro”)


