“Estad, pues, firmes... vestidos con la coraza de justicia” Ef. 6:14
Ya hemos visto la
importancia de ponernos la coraza de justicia como protección contra los
intentos de Satanás de pervertir nuestros pensamientos y emociones. Pero la
Escritura habla de tres tipos de justicia: la justicia propia, la justicia
imputada y la justicia práctica. ¿Qué tenía Pablo en mente en Efesios 6:14?
Pablo no estaba
hablando de la justicia propia porque la coraza de justicia está diseñada para
protegerte de ello precisamente. La justicia propia engaña a la persona en
pensar: "puedo agradar a Dios y alcanzar el cielo por mis propios
méritos" pero Isaías dijo: "todas nuestras buenas obras son como
trapos de inmundicia" (Isa 64:6) Lejos de llevarte al cielo, la justicia
propia te condena al infierno eterno porque rechaza los méritos de la expiación
de Cristo.
De forma similar, Pablo
no estaba hablando de la justicia imputada (la justicia que Cristo nos otorga a
cada creyente en el momento de la salvación), también es llamada justicia
posicional porque resulta de tu posición en Cristo. 2 Corintios 5:21 dice que
Dios hizo a Cristo pecado para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
Él. Todo creyente es vestido con la ropa
de justicia de Cristo. Tú no te la
pones, ya es tuya en Cristo.
Sólo nos queda la
justicia práctica que fluye de la obediencia a la Palabra de Dios. Aunque ante
los ojos de Dios ya eres justo en Cristo, debes proseguir en un comportamiento
justo. En otras palabras, tu práctica debe coincidir con tu posición. A eso se
refería Pablo cuando dijo "ocupaos en vuestra salvación con temor y
temblor" (Filip 2:12). Juan añadió que el que dice que permanece en Cristo
debe andar como Él anduvo (1 Juan 2:6).
Al aprender a vivir en
obediencia a la Palabra de Dios, estarás protegido por la coraza de justicia.
JOHN MACARTHUR - (Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)