miércoles, 8 de octubre de 2014

Ataques al pueblo de Dios 8 octubre




“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.”  Efesios 6:11 


Ayer vimos cómo ataca Satanás la Palabra de Dios. Hoy veremos cómo ataca al pueblo de Dios. Persecución, presión por colegas, y preocupación son tres armas que emplea con gran efectividad.

La persecución nunca debe tomar por sorpresa a los cristianos porque la Escritura repetidamente nos advierte de que vendrá. Por ejemplo, 2 Tim 3:12 dice "todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución". Sin embargo tales advertencias son a menudo pasadas por alto en el clima de la salud, riqueza y prosperidad del cristianismo contemporáneo.

Como la avaricia perpetuada por tal movimiento continúa su agresión a la virtud cristiana, muchos creyentes profesantes han llegado a esperar una vida sin dolor y sin problemas. Cuando los problemas vienen, los toman por sorpresa y muchas veces se desilusionan con la iglesia o con Dios mismo. Algunos prueban ser falsos creyentes a quienes describió Jesús en su parábola del sembrador, gente que responde al evangelio con gozo, pero se apartan cuando se levanta la aflicción o persecución a causa de la Palabra (Mateo 13:21).

Satanás también utiliza la presión de los colegas como un arma efectiva. Mucha gente nunca viene a Cristo por temor a perder a sus amigos o por ser tachado como diferente. Para ellos el costo del discipulado es muy alto. Aún cristianos a veces luchan con la presión de los colegas, comprometiendo los estándares de Dios para evitar ofender a otros.

Otra arma es la preocupación con el mundo. A menudo el lugar más difícil para vivir la vida cristiana está en el lugar más fácil. Por ejemplo, el convertirse en cristiano en América no es una decisión de vida o muerte como lo es en algunas partes del mundo. Algunos que se levantan firmes en contra de la persecución o la presión de los colegas, pueden temblar en un clima de aceptación. Muy seguido ahí es donde el peligro de complacencia espiritual y preocupación con el mundo es mayor.

Para protegerte de tales ataques, recuerda que Dios usa la persecución para hacerte madurar y traer gloria a Sí mismo. También haz una elección consciente cada día para complacer a Dios en lugar de a la gente. Finalmente, evalúa tus prioridades y actividades cuidadosamente. Lucha contra la tendencia de preocuparte con cosas que no están relacionadas con el reino de Dios.


JOHN MACARTHUR - (Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)







TRADUCCIÓN