“Por lo tanto, habiendo dejado la mentira, hablad la verdad
cada uno con su prójimo.” Efesios 4:25
Antonio estaba
confundido. Creía que Julio y yo éramos amigos, pensaba. Si no quiere jugar,
debiera decírmelo. Es la cuarta vez que me dice que falleció su tía Beatriz y
que tiene que ir a su entierro.
¿Tienes amigos que
presentan excusas en lugar de decirte la verdad? ¿O que dicen mentiritas para
esquivarse de hacer lo que no quieren hacer?
Julio podía haberle
dicho a Antonio: "No tengo ganas de jugar". O podría haber hablado
sinceramente y decirle: "Prefiero no jugar porque siempre desordenas mi
cuarto y después no ordenas nada, y no me gusta tener líos con mi mamá". O
podía haber sido absolutamente directo y decir: "Mira, la última vez que
viniste atropellaste a mi perro con tu bici y pusiste tan nervioso a mi gato
que se le cayó el pelo a los cinco minutos que te fuiste. ¡No me llames
más!".
Quizá puedas
identificarte con Julio. Si tienes un amigo como Antonio, quizá te preguntes si
no está bien decir alguna vez una mentirita. Pero eso sería igual que
preguntar: "¿Qué tiene de malo si alguna vez pongo la mano en el
fuego?" o "¿Qué tiene de malo si alguna vez me pongo en las vías
cuando viene un tren a toda velocidad?" o "¿Qué tiene de malo comerme
alguna vez el veneno para las ratas?".
Decir la verdad es una de esas cosas absolutas, que siempre
es correcto hacer. Es así porque Dios siempre dice la verdad. Nunca es correcto ni
bueno mentir. Ni siquiera alguna vez. Ni siquiera un poquito. A veces puede ser
difícil decir la verdad. Pero hacer lo bueno es siempre bueno, aunque no sea
siempre fácil.
A la larga, vivir de la
manera que quiere Dios es mejor para ti y para todos. Aunque no lo creas, los
que te rodean quieren que seas veraz con ellos. Si dices la verdad aun cuando
te resulte difícil, los demás se quedarán admirados. Tus amigos, compañeros de
escuela, familiares y vecinos creerán lo que dices.
Seguro, habrá ocasiones
en que tendrás que decir: "No puedo contestar eso", o "Prefiero
no decirlo". O quizá tengas que decirle a alguien simplemente:
"Gracias por el regalo" sin decirle que no te gusta el color. Hazte
la regla personal de siempre decir la verdad, pero decirla con amor (ver
Efesios 4:15). Es muy probable que tu dedicación a decir la verdad motivará a
otros a tu alrededor a ser también veraces.
JOSH MCDOWELL - (Dev. "VIDA
NUEVA PARA EL MUNDO”)


