“Y amarle [a Dios] con todo el corazón, con todo el
entendimiento, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo…” Marcos 12:33
Cierto o falso: Al
comienzo de los vuelos por avión, la azafata
☐ Cierto ☐ Falso Te dice el destino del viaje
☐ Cierto ☐ Falso Señala las salidas de emergencia
☐ Cierto ☐ Falso Explica cómo abrocharse el cinturón de
seguridad
☐ Cierto ☐ Falso Te indica: "En caso de una pérdida
súbita de presión en la cabina, usted tiene que ayudar al que tiene al lado a
ponerse la máscara de oxígeno, antes de ponerse la suya".
Si marcaste
"falso" a la última frase, eres un pasajero brillante. Esta es la
regla: Si el interior del avión de pronto sufre una falta de oxígeno, lo
primero que tienes que hacer es ponerte tu propia máscara de oxígeno. Recién
entonces puedes ayudar a los que están sentados a tu alrededor. Después de
todo, si te falta el aire, no puedes ayudar a nadie, ni siquiera ayudarte a ti
mismo.
El amor que uno se
tiene a uno mismo funciona de la misma manera. Jesús dijo que amáramos a otros
como nos amamos a nosotros mismos (ver Mateo 22:39) porque el tipo apropiado de
amor propio nos capacita para amar a otros.
• Físicamente:
Te abrochas el cinturón de seguridad en el auto, te niegas a fumar, beber,
andar en drogas y duermes las horas que debes para no estar de mal humor.
• Mentalmente:
Guardas tu mente apagando las videocintas, la música, las películas y los
programas de TV negativos.
• Socialmente:
Evitas los grupos que te tientan a hacer lo malo.
• Espiritualmente:
Llenas tu corazón con las Escrituras, te sientes responsable ante los demás y
te mantienes firme contra los intentos de Satanás de desanimarte.
Amor propio en el
sentido que lo estamos usando aquí significa invertir tiempo y esfuerzo en
nuestro propio desarrollo de manera que estemos preparados para ayudar a otros,
porque no podemos dar lo que no tenemos. Sólo cuando nos amamos y cuidamos a
nosotros mismos nos vamos capacitando para amar y cuidar a otros como nos ordenó
Cristo.
Si hacemos menos, si no
nos cuidamos sabiamente a nosotros mismos, nos perjudicamos nosotros mismos y
perjudicamos a otros. Nos privamos del amor sano que Dios espera que nos
tengamos. Y no tenemos lo que necesitamos para servir a otros. ¡Dios te ama demasiado
para dejar que te desprecies a ti mismo!
JOSH MCDOWELL - (Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)


