Cuando Dios redime a su
pueblo, hace mucho más que salvarnos; Él nos restaura. Lo que sea que Satanás
haya robado, Dios lo restaura. Sea cual sea el tiempo que hayamos perdido en
pecado, Él lo recupera a través de Su amor. Las heridas causadas por el mundo
son curadas por Su maravillosa gracia.
Este es el Jesús que
adoramos: ¡El Salvador que murió para que nosotros podamos vivir! Este es el
mensaje que traemos a un mundo todavía atado por el pecado. Este es el único
testimonio que merece ser contado: ¡La única cosa que realmente importa!
¿Cómo no gritarlo a los
cuatro vientos? ¿Cómo podríamos caer en momentos de apatía después de todo lo
que Dios ha hecho por nosotros? ¿Cómo podríamos no vivir con pasión y celo,
sabiendo lo que sabemos, entendiendo lo que entendemos acerca de Satanás y sus
mentiras, después de experimentar el perdón incondicional que Jesús trae? ¿Cómo
podría alguien guardar silencio?
¡Desde el día en que
Jesús entró en mi corazón, mi obsesión en la vida ha sido salvar almas
perdidas! En ese momento, Jesús puso en
mi corazón una obsesión por las almas, una pasión ardiente por aquellos que
necesitan un Salvador. Es un fuego que nunca ha menguado, nunca se ha
agotado, nunca se ha aplacado. Es la sangre que corre por mis venas que me
impulsa a seguir, día tras día, mes tras mes, año tras glorioso año. ¡Mi
corazón estalla con el mensaje del amor y la fidelidad de Dios, y todo lo que
quiero hacer es compartir esa verdad con los demás!
Una vez alguien me
preguntó: “¿Cuál es el milagro más grande que hayas visto?” Ni siquiera tuve
que detenerme a pensar antes de responder: “Cuando Dios llega a un corazón en
pecado y lo reemplaza por amor… ese es el más grande milagro de Dios”. Veo que
sucede todos los días, y cada vez es tan real y potente como el día en que lo
experimenté yo mismo.
-----------------------
Nicky Cruz, evangelista
internacionalmente conocido y prolífico autor, se volvió a Jesucristo de una
vida de violencia y crimen después de encontrarse con David Wilkerson en la
ciudad de Nueva York en 1958. La historia de su dramática conversión fue contada
por primera vez en el libro “La
Cruz y el Puñal” escrito por David Wilkerson y más tarde en
su propio best seller “Corre, Nicky, Corre”.
NICKY CRUZ - (DEVOCIONAL
DIARIO “ORACIONES”)


