Predico mucho acerca de
la oración, porque creo en la oración eficaz del justo. ¡Pero la oración por sí
sola no va a sacudir una ciudad!
Elías era un hombre de
oración poderosa, pero fue más que su oración lo que hizo temblar el reino de
Acab y provocó la furia de Jezabel. De hecho, llamó a los falsos profetas al
Monte Carmelo y los desafió. Jezabel había matado a los profetas de Dios y había
conducido a Israel a la apostasía y a la horrible idolatría del culto a Baal -¡y
nadie la había desafiado!- A pesar de que siete mil creyentes no habían doblado
sus rodillas ante Baal, permanecían en silencio, anónimos y con miedo. ¡Y
apareció Elías, a quien Acab llamó “el alborotador de Israel!” (Ver 1 Reyes
18:17 NTV). Elías terminó en el arroyo de Cisón con una espada en su mano,
degollando a cientos de falsos profetas de Baal “en el nombre de Jehová”.
Elías no se comportaba
como un caballero con el diablo y su multitud. Mientras ellos “andaban saltando
cerca del altar… Elías se burlaba de ellos”(1 Reyes 18:26-27). La iglesia de los últimos tiempos se ha
acobardado ante los poderes de las tinieblas debido a la falta de santidad,
porque la Escritura
nos dice: “el justo está confiado como un león” (Proverbios 28:1). Algunos
dirán: “¡Pero Jesús era manso! Él nunca abrió su boca o se resistió cuando lo
llevaron a ser crucificado”. Pero eso fue porque la hora de las tinieblas había
llegado, la hora en que iba a ser entregado en manos del enemigo. Él no se
quedó en silencio en el templo cuando expulsó a los cambistas. Tampoco se quedó
en silencio cuando llamó a los líderes religiosos serpientes, guías ciegos,
sepulcros blanqueados, generación de víboras (Ver Mateo 23). ¡Incluso les dijo
audazmente a algunos que Satanás era su padre!
Muchas iglesias hoy
están llenas de diplomáticos silenciosos y caballeros, que no quieren causar
problemas. ¡Nadie quiere problemas! Así el reino del diablo no es desafiado.
¡Tenemos más que suficiente de cristianos sonrientes y apocados! Escuché a un
hombre embravecido que me dijo: “Hagamos una apuesta en dinero, ¡no importa el
monto! Ustedes, la gente de la
Iglesia no puede detener nada. Consiguen un poco de
publicidad, pero nada cambia. No pueden cerrar nada. No tienen poder alguno”.
Él estaba hablando acerca del aborto y pude detectar la burla de Satanás en el
tono de su voz. ¡Fue un atrevimiento! Era como si quisiera decir a todos los
cristianos: “Todos ustedes son unos debiluchos espirituales. No van a durar, se
darán por vencidos cuando venga la oposición. Correrán de vuelta a la seguridad
de sus cuatro paredes y se ocultarán”.
¡No! “El justo está
confiado como un león”.
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


