martes, 3 de junio de 2014

Trasplante de cerebro 3 junio




“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”  Filip. 2:5-11


¿Qué te parece la idea de ser inteligente, a ser súper-inteligente? Imagínate esto: Una mañana te despiertas y te encuentras con que eres la persona más brillante del mundo. Ayer luchabas por entender las matemáticas de cuarto grado. Hoy, desde todas partes del mundo, te ofrecen puestos como ingeniero espacial.

Esa repentina subida a una inteligencia total es lo que le sucede al personaje de un cuento, que también fue llevado al cine. Tiene 32 años y es manso y amistoso, pero no muy inteligente. Puede leer y escribir, bueno, más o menos. Sabe que no es tan despierto como las personas que lo rodean. En el relato hay una rata blanca de laboratorio que en cierta forma es más inteligente que él.

Cuando someten a la rata a una operación experimental, se convierte en una rata genio. Nuestro personaje también es sometido a una operación similar y también se convierte en un genio. Pero los resultados no son todos agradables. Parece que su super-inteligencia viene acompañada de egocentrismo, desconfianza y la costumbre de discutir con los demás, características que no tenía antes de su operación.

Cuando Pablo dice en Romanos 12:2 que Dios quiere cambiar nuestra manera de pensar, no está diciendo que nos sometamos a una cirugía del cerebro. Dios no está queriendo aumentar nuestro poder cerebral y convertirnos en socios del club exclusivo para genios. Él quiere cambiarnos para que lleguemos a ser personas cuya manera de pensar se parezca cada vez más a la de Jesús.

Entonces, ¿cuál es exactamente la manera de pensar de Jesús? Piensa como un siervo que está dispuesto a renunciar a sus propios intereses y aun a su vida, en favor de otros.

En Filipenses 2:5-11, Pablo nos dice que tengamos la misma actitud de Jesús, quien dejó la gloria del cielo, nació en un cuerpo humano y dio su vida en la cruz por nosotros. Nadie obligó a Cristo a vivir entre nosotros y a morir por nosotros. Lo hizo voluntariamente. Dejó a un lado sus derechos a fin de que podamos ser perdonados y ser amigos de Dios.

Entonces, ¿cómo se demuestra en nosotros una actitud como la de Jesús? Por un lado, es tan diferente la manera en que mucha gente se comporta, que los que nos rodean pensarán que nos volvieron a programar el cerebro. Cambiamos de lloriquear queriendo todo para nosotros a estar atentos para encontrar maneras de agradar a otros. Cambiamos de ocuparnos de nuestras propias necesidades a ocuparnos de las necesidades de los que nos rodean.

¡Esa es una actitud cariñosa! Es la actitud de dar lo que motivó a Cristo durante toda su visita a nuestro planeta. ¡Y es el cambio de nuestra manera de pensar que Dios lleva a cabo en nosotros!


JOSH MCDOWELL - (Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)







TRADUCCIÓN