“...Teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario..." (2 Corintios 9:8)
Cuando Dios te pida que
colabores con tus finanzas para ayudar a alguien a realizar su visión debes
entender dos cosas:
1) Él está probando tu fe y disposición a obedecer en
circunstancias difíciles. Cuando el profeta Elías le pidió a una viuda que
compartiera con él su última comida, el momento no podía ser menos apropiado.
Había gran hambre en la tierra y la gente se estaba muriendo. Lo lógico hubiera
sido que la viuda no hubiera accedido a la petición del profeta. Pero al poner
los intereses de Dios antes que los suyos esta mujer se conectó con la fuente
divina de recursos inagotables. La
Biblia nos dice: "...El que siembra escasamente,
también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente
también segará... poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda
gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario,
abundéis para toda buena obra" (2 Corintios 9:6-8).
2) Dios te está dando la oportunidad de sembrar en la vida
de otros para recoger en la tuya. Nos encanta el versículo: "Mi
Dios, pues, suplirá todo lo que os falta..." (Filipenses 4:19), pero
debemos recordar que esta promesa fue escrita a quienes apoyaron el ministerio
de Pablo: "Y sabéis también vosotros, filipenses, que al principio de la
predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó
conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros únicamente, pues aun a
Tesalónica me enviasteis una y otra vez para mis necesidades" (Filipenses
4:15-16). Acto seguido Pablo añade las palabras: "Mi Dios, pues, suplirá
todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús"
(Filipenses 4:19). Cuando das, es como si estuvieras invirtiendo en una cuenta
de la que puedes retirar fondos cuando tú mismo estés en necesidad.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")