Una de las promesas
fundamentales del Nuevo Pacto se encuentra en Jeremías 31:34: “…perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de
su pecado”. Y Pablo añade en el Nuevo Testamento: “Y a vosotros, estando
muertos en pecados… os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los
pecados” (Colosenses 2:13). Dios nos ha prometido Su perdón para cada pecado.
Sin embargo, esta
promesa de perdón está limitada a ciertas personas. Sólo aplica a los que han
sido aplastados y consumidos por sus pecados, quienes han llegado a las
profundidades de la culpa, a quienes soportaron que el Espíritu Santo escudriñe
sus almas y se han arrepentido ¡y se han vuelto a Cristo en fe!
Jesús mismo dice: “No
todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos” (Mateo
7:21). Tristemente, multitudes de cristianos no sienten molestia alguna por su
pecado. Sus malos hábitos no le molestan en lo más mínimo. Se han convencido a
sí mismos de que Dios es tan misericordioso y tan lleno de gracia, que les
perdonará aunque continúen viviendo tercamente en pecado.
No, ¡nunca! ¡Se han hecho de una paz falsa! ahogando
todo lo que el Espíritu Santo haya querido escudriñar y tratar; ahogando
cualquier convicción de pecado que el Espíritu santo haya querido traer. Han
buscado perdón antes que su culpabilidad haya podido madurar para convertirse
en tristeza según Dios.
Al mismo tiempo, el
perdón de Dios sólo se puede obtener por fe. No podemos obtenerlo con la razón.
El regalo de Cristo: Su sangre expiatoria, es tan profundo, tan lleno de
gracia, tan misterioso, que está más allá de la capacidad del entendimiento
humano. Podemos sentir condenación, temor y culpa por nuestras ofensas, pero
nuestro Padre celestial está amorosamente a nuestro lado todo el tiempo, listo
para perdonar. La sangre de Cristo, el amor del Padre, el deseo de perdonar del
Señor; todas estas bendiciones se experimentan sólo por fe: “Y que por la ley
ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe
vivirá” (Gálatas 3:11).
DAVID WILKERSON -
(DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)