"Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal." 2 Tesalonicenses 3:3
Los hombres a menudo están tan desprovistos de razón como de fe. Todavía
hay entre nosotros "hombres perversos y malos". No sirve de nada
argumentar con ellos o procurar tener paz con ellos: tienen un corazón falso y
su conversación es engañosa. Bien, ¿qué haremos? ¿Acaso nos preocuparemos por
ellos? No; volvámonos al Señor, pues Él es fiel. Ninguna promesa de Su palabra
será incumplida jamás. Él no es irrazonable en Sus exigencias para con
nosotros, ni es infiel a nuestros argumentos relacionados con Él. Tenemos un
Dios fiel. Esto ha de ser nuestro gozo.
Él nos confirmará de tal manera que los hombres perversos no ocasionarán
nuestra caída, y Él nos guardará de tal manera que ninguno de los males que
ahora nos asedian, nos hará realmente ningún daño. Qué bendición es para
nosotros que no tengamos que contender con los hombres, y más bien que se nos
permita abrigarnos en el Señor Jesús, que se identifica verdaderamente con
nosotros. Hay un corazón sincero, una mente fiel, un Amor inmutable;
descansemos allí. El Señor cumplirá el propósito de Su gracia para con
nosotros, Sus siervos, y no debemos permitir que ni una sombra de duda caiga
sobre nuestros espíritus.
Todo lo que los hombres o los demonios puedan hacer, no puede impedir que gocemos de la protección y la provisión divinas. Oremos en este día pidiéndole al Señor que nos afirme y nos guarde.
Todo lo que los hombres o los demonios puedan hacer, no puede impedir que gocemos de la protección y la provisión divinas. Oremos en este día pidiéndole al Señor que nos afirme y nos guarde.
CHARLES SPURGEON -
(Devocional "MEDITACIÓN DE HOY")