Quizás has renovado recientemente tu compromiso de orar
con toda diligencia. O, quizás has consagrado tu mente y cuerpo a Dios como
sacrificio vivo. Has clamado: “Ya no voy a andar más a medias. ¡Le entrego todo
lo que tengo a Jesús!”.
Estos tipos de compromisos provocan la ira del diablo más
que cualquier otra cosa. Él sabe que cualquiera que entrega su vida
completamente a Dios es una gran amenaza para su reino. El diablo sabe muy bien
que cualquiera que busca a Dios con todo su corazón lo encontrará y que los
santos que oran prevalecerán.
Pero Satanás sabe que existe un tiempo entre el momento
en que la oración se dice y cuando ésta es respondida. ¡Amado, este es el “poco
tiempo” que tiene el diablo para obrar! El sabe que la viuda inoportuna clamó
por un tiempo antes de ser oída. Y, de igual manera, nuestra respuesta llegará
a su tiempo. ¡Entretanto, el diablo tratará de destruirnos mientras esperamos
en el Señor!
El hecho es que Dios no se precipita cada vez que
clamamos: “¡Señor, me entrego por completo a Ti!” Dios sabe que la
consagración, la entrega y el hambre por Cristo no siempre acompañan a una
experiencia de llanto emocional. Por lo tanto, Su Espíritu no responde hasta
que vea en nosotros una determinación continua, algún tipo de evidencia de que
no retrocederemos de nuestra hambre espiritual.
Satanás también reconoce esto. Él lo sabe pues observa en
nuestras vidas cuándo no hablamos en serio acerca de nuestra entrega al Señor. Y si no estamos hablando en serio, él no
pierde su tiempo con nosotros, y nos deja solos en nuestra debilidad y pecado.
Pero en el momento en que observa verdadera devoción en
nosotros, el deseo de ser libertados del pecado, una determinación de abandonar
toda necedad y seguir a Cristo, entonces él sabe que su tiempo es corto. Él
sabe que habrá sólo un breve tiempo antes de estar fuera de su poder y
caminando en gloria, operando por fe, y viviendo en victoria. ¡Ahí es cuando él
comienza a lanzar todo el infierno en contra nuestra!
Apocalipsis 12 nos dice: “Adelante cristiano, deja tu
letargo, rinde tu cuerpo a Jesús como sacrificio vivo. ¡Busca a Dios con todo
tu corazón, pero prepárate para enfrentar la prueba de tu vida, porque Satanás
vendrá a ti con toda su fuerza!" Satanás conoce tus puntos débiles y
tratará de arrastrarte en un mar de pruebas y tentaciones. ¡Él está desesperado
porque ve que estás al borde de la victoria, y sabe que su tiempo es corto!
DAVID WILKERSON - (Devocional Diario “ORACIONES”)