Considera
la grave situación de Israel en Egipto. La nación de Dios estaba en ruina
increíble, con una apostasía extendida. Satanás tenía a Israel bajo su talón,
manipulando los poderes políticos de aquellos días para hacer leyes contra
ellos y perseguirlos. El enemigo estaba ridiculizando y burlándose del
testimonio de Dios en la tierra.
Era una
hora oscura en la historia de Israel y en el pueblo crecía el desánimo al pasar
el tiempo. Comenzaron a caer en pecado, entregándose a los placeres y la
sensualidad de Egipto. La idolatría y la fornicación llegaron a ser
desenfrenadas. La situación de Israel parecía sin esperanza y la fe de la
nación estaba muriendo lentamente.
¿Cuál
fue la respuesta de Dios a este poder creciente de la oscuridad? ¿Instigó a los
imperios circundantes para actuar como Su vara en contra de Egipto? ¿Incitó una
guerra civil entre los egipcios? ¿Envió ángeles vengadores? No, Dios no hizo nada de eso. ¡Tenía un
plan totalmente diferente y puso su mano sobre un solo hombre, levantando a
Moisés!
“Jehová es el que hace justicia y derecho a
todos los que padecen violencia. Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos
de Israel sus obras. Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y
grande en misericordia” Salmo 103:6-8
Moisés
era un hombre de oración, totalmente dedicado a Dios. Dijo no a los placeres,
comodidades y tentaciones de Egipto, viviendo en cambio bajo la guía total del
Espíritu Santo. No tenía ninguna agenda o ambición propia. Se despojó de toda
su habilidad humana, confiando en el gran YO SOY como su sola provisión y
recurso, y volvió del lugar santo, con una visión personal de la santidad de
Dios.
Así que,
en la hora más oscura de la historia de Israel, cuando parecía que el pueblo de
Dios sucumbiría al enemigo, el Señor levantó a un hombre que actuaría como un
testimonio en medio de todo esto. Y este hombre derrumbó una nación entera
mientras levantaba otra. ¡Dios lo hizo todo a través de un hombre!
DAVID WILKERSON - (Devocional Diario “ORACIONES”)


