"Y pondrá su mano sobre la cabeza del
holocausto, y será aceptado para expiación suya." Levítico 1:4
Si al
poner su mano sobre el novillo, este se convertía en el sacrificio del
oferente, ¿cuánto más no se volverá Jesús nuestro cuando ponemos sobre Él la
mano de la fe?
"Mi
fe en verdad su mano pone
Sobre
esa amada cabeza Tuya,
En tanto
que como penitente estoy,
Confesando
allí mi pecado."
Si un
novillo podía ser aceptado en lugar de una persona para hacer expiación por
ella, ¿cuánto más no será el Señor Jesús nuestra propiciación plena y toda
suficiente? Algunos contienden con la gran verdad de la sustitución; mas, en
cuanto a nosotros, es nuestra esperanza, nuestro gozo, nuestra jactancia y
nuestro todo. Jesús es aceptado en lugar
nuestro para hacer expiación por nosotros, y nosotros somos "aceptos en el
Amado".
El
lector ha de apresurarse de inmediato para poner su mano sobre el sacrificio
consumado del Señor, para que, aceptándolo, pueda obtener su inmediato
beneficio. Si ya lo ha hecho una vez, que lo haga otra vez. Si no lo hubiere
hecho nunca, que extienda su mano sin demorarse ni un momento. Jesús es tuyo
ahora si quieres tenerlo. Apóyate en Él; apóyate fuertemente en Él; y es tuyo
más allá de toda duda; estás reconciliado con Dios, tus pecados han sido
borrados, y tú le perteneces al Señor.
CHARLES SPURGEON - (Devocional
"MEDITACIÓN DE HOY")


