“Ese hombre es como un árbol plantado
junto a los arroyos: llegado el momento da su fruto, y sus hojas no se
marchitan. ¡En todo lo que hace, prospera!” Salmo 1:3
En Un hombre para todas las estaciones, la
película de 1966 ganadora de varios premios de la Academia, Sir Thomas More se
mantuvo fiel a su conciencia, pero por ello pagó un precio terrible. No pudo
ser convencido ni coaccionado a apoyar la oferta del rey Enrique VIII al Papa
Clemente VII para que éste lo liberara de su esposa Catalina anulando su
matrimonio y poder casarse con Ana Bolena, con la esperanza de producir un hijo
varón que se convirtiera en heredero del trono de Inglaterra. Sir Thomas More
pierde su cabeza, literalmente, como "recompensa" por su fidelidad a
la iglesia, siendo condenado y decapitado por el trono de Inglaterra por
traición al rey. "Un hombre de dos reinos" representa a cualquier
hombre o mujer común que vive de acuerdo con los principios superiores de
lealtad a Dios, aun en medio de las peligrosas vicisitudes de la vida.
El Salmo 1
establece el tono para todas las personas que se atreven a leer la Palabra de
Dios y vivir de acuerdo con ella. Esa persona que medita en la Palabra día y
noche, siguiendo sus preceptos y viviendo como una luz en medio de los impíos,
es bendecida. Tal persona será como un árbol floreciente a orillas de un río
que lo alimenta a diario con el agua de vida y produce abundantes frutos para
la gloria de Dios, el Creador. El árbol de los malvados no prospera, su hoja se
marchita rápidamente y el viento arrastra toda decadencia. El árbol de los
impíos no se encontrará entre los justos, pero el árbol de los justos se
plantará firmemente en el paraíso para siempre. Entre los justos y los malvados
se encuentra un gran abismo. Ante Dios, el destino de los justos y los malvados
divergen eternamente. "El Señor conoce el camino de los justos, pero la
senda de los malos termina mal"(Salmo 1:6).
El cristiano que permanece en la Palabra de Dios es
como un santo para todas las estaciones. Las tormentas de la vida no pueden
separarle de las promesas de la Palabra de Dios. Este santo de dos reinos
permanece profundamente arraigado en la buena tierra de Su Palabra. En todo
tiempo produce abundante fruto. ¿Por qué? Porque este santo ha aprendido el
secreto de permanecer fiel, no por fuerza de voluntad ni por personalidad
carismática, sino por simple confianza en la verdadera fuente de vida
santificada que agrada a Dios. "Porque Dios es el que produce en ustedes
lo mismo el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Filipenses
2:13).
¡No temas,
santo! Dios mismo está trabajando en ti asegurando la salvación de tu alma cada
día de tu corta y pequeña vida. ¡No te preocupes, santo! Tus oraciones son
escuchadas y contestadas a su debido tiempo. En cada momento de tu vida, la
incesante obra de santificación de Dios continúa hasta que Él complete lo que
comenzó en ti a través del bautismo en nuestro amado Salvador y Señor, Cristo
Jesús. ¡Regocíjate, santo! En cada estación para la gloria de Dios.
ORACIÓN. Padre celestial, haz que, en cada
estación de mi vida, mi espíritu se regocije en Cristo Jesús. Amén.
Dr. Mark
Schreiber
PARA EL CAMINO – (DEVOCIONAL “ALIMENTO DIARIO”)