“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas
de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar,
y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu
ofrenda.” Mateo 5:23-24
La escena es clara. Una
persona en el día de Jesús viene a adorar, en ese momento, de acuerdo con la
ley y la costumbre judía, los fieles traían animales para el sacrificio con
ellos. El sacrificio sería muerto delante de Dios proveyendo así la limpieza
del pecado y un camino abierto a la oración.
Hoy, sería simplemente
un cristiano que viene ante Dios en oración. De cualquier manera, el adorador
de pronto es embargado con un pensamiento, con un dolor de que ha ofendido a
otra persona. En las palabras de Jesús tú "recuerdas que tu hermano tiene
algo en contra tuya".
¿Qué haces? ¡Detente!
No ignores eso. No te pongas solamente a orar, aunque esa sea tu primera
reacción. Dios quiere que seamos sensibles a su instrucción.
En el verso 24 se nos
instruye a hacer cuatro cosas:
1) Detente, "deja tu ofrenda ahí"
2) Ve, "anda"
3) Reconcíliate, "reconcíliate con tu
hermano primero"
4) Vuelve, "entonces ven y presenta tu
ofrenda".
El término clave es
"reconcíliate" el cual viene de un verbo griego que significa que se
nos manda ir por un proceso que resultará en un cambio. Claramente, el ofensor
debe iniciar la acción.
Necesitamos ir
(personalmente si es posible, si no, por lo menos por teléfono, carta o correo
electrónico) y confesar nuestro error y nuestro pesar por la ofensa buscando
perdón del que herimos. Entonces somos libres de regresar a Dios en adoración y
oración.
"Pero ¿qué hago si
no me perdonan?" ¡Buena pregunta!
Lo veremos en el
devocional de mañana.
ORACIÓN. Padre, quiero pedirte que me llenes de tu Espíritu Santo y me guíes en todo, si he ofendido a alguien quiero reconciliarme con esa persona y estar con un corazón sincero delante de ti, en el nombre de Jesús, amén.
ORACIÓN. Padre, quiero pedirte que me llenes de tu Espíritu Santo y me guíes en todo, si he ofendido a alguien quiero reconciliarme con esa persona y estar con un corazón sincero delante de ti, en el nombre de Jesús, amén.