“… todo lo que
es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, […]
en esto pensad.” Leer: Filipenses 4:8 (Leer Filipenses 4:4-9)
Hace unos años, una mujer me contó sobre una ocasión en
que había encontrado a su hijo adolescente mirando las noticias sobre un hecho
violento. Instintivamente, tomó el control remoto y cambió de canal. «No
necesitas ver esas cosas», le dijo un poco enojada. Después de una discusión,
le dijo que necesitaba llenar su mente con «todo lo que es verdadero, todo lo
honesto, todo lo justo» (Filipenses 4:8). Después de cenar, ella y su esposo
estaban mirando el noticiero cuando, de repente, su hijita de cinco años entró
corriendo y apagó el televisor. «No necesitan ver esas cosas —dijo con su mejor
voz de “mamá”—. ¡Piensen en esas cosas de la Biblia!».
Como adultos, podemos absorber y procesar las noticias
mejor que nuestros hijos. Sin embargo,
la hija de aquella pareja fue, al mismo tiempo, cómica y sabia cuando repitió
las instrucciones de su madre. Aun a los adultos maduros puede afectarlos
ver constan-temente el lado más oscuro de la vida. Meditar en la clase de cosas
que Pablo enumera en Filipenses 4:8 es un antídoto poderoso para la pesadumbre
que a veces se instala en nosotros al ver la condición de este mundo.
Tener cuidado de lo que llena nuestra mente es una manera
excelente de honrar a Dios y proteger nuestros corazones.
Señor, abre hoy mis ojos a lo bello y enséñame a meditar
en ti.
Lo que dejamos entrar en nuestra mente moldea el estado
de nuestra alma.
(La Biblia en
un año: 1 Crónicas 25–27 — Juan 9:1-23)
RANDY KILGORE -
(DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO")