lunes, 21 de mayo de 2018

¡Instálese en el castillo! 21 mayo





“Si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo.” Romanos 8:17

“Las inescrutables riquezas de Cristo...” Efesios 3:8

“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros.” Colosenses 3:16


(Leer Levítico 1-2 – Marcos 15:21-47 – Salmo 61 – Prov. 15:29-30)


Un hombre pobre acababa de recibir una herencia inesperada. Un tío que no tenía hijos había muerto súbitamente y él era el único heredero. ¡De repente se había convertido en el propietario de un castillo rodeado de un gran terreno! ¡Era rico!

Se disponía a tomar posesión de la propiedad. Pero, intimidado, no se atrevió a ocupar el castillo. Prefirió instalarse con su familia en una cabaña destinada al encargado de cuidar la propiedad. El notario fue a visitarlos y estupefacto exclamó: «Pero señor, ¡instálese en el castillo!». Le mostró el documento que probaba que todo le pertenecía. ¡Qué lástima conformarse con una vivienda pequeña e incómoda cuando se posee un castillo!

Al recibir a Jesús por la fe, nos convertimos en hijos de Dios y herederos de las riquezas divinas. Pero a menudo nuestra vida cristiana es pobre y mediocre. Nos conformamos con saber que somos salvos, sin tomar posesión activa de las riquezas que Jesús nos ofrece: el perdón de nuestros pecados, la benignidad permanente de Dios, el conocimiento del Padre, el acceso a él mediante la oración, la liberación del poder del pecado, la esperanza de la vida eterna, la perspectiva de compartir la gloria del Hijo de Dios, ¡y todo el gozo y la paz que Dios quiere que experimentemos desde ahora en la tierra!

El «acta notarial» mediante la cual conocemos nuestros derechos es la Palabra de Dios. Leámosla atentamente y descubriremos cuán ricos somos.



EDICIONES BÍBLICAS - (DEVOCIONAL "LA BUENA SEMILLA")









TRADUCCIÓN