“Por el fruto se conoce el árbol.” Mateo 12:33
“Yo pues... os ruego que andéis como es digno de la
vocación con que fuisteis llamados.” Efesios 4:1
(Leer Levítico 5 – Romanos 2 – Salmo 62:9-12 –
Proverbios 16:1-2)
Un predicador
se sentó en el bus que lo llevaría al lugar donde iba a predicar el Evangelio
en público. Al contar el dinero que le devolvió el conductor, se dio cuenta de
que había 40 centavos de más. Cuando llegó a su destino, en el momento de
bajarse del bus, devolvió los 40 céntimos al conductor, diciéndole: –Me dio de
más.
El conductor sonrió
y le preguntó: –¿Es usted el nuevo predicador del barrio?
–Sí.
–Pues fíjese,
continuó diciendo el conductor, desde hace algún tiempo he pensado ir a una
iglesia, y solo quería ver cómo reaccionaría usted si le devolvía más de la
cuenta... ¡Hasta el próximo domingo! Nos veremos en la sala de reuniones...
Cristianos, a
menudo nuestra vida diaria es la primera manera de dar a conocer el Evangelio
de Cristo a aquellos que nos rodean. La Palabra de Dios incluso afirma que para
ellos somos “carta de Cristo” (2ª Corintios 3:3): nuestra vida muestra lo que
creemos. El ejemplo de este evangelista ilustra la manera como nos miran
quienes nos rodean, y también la manera como a veces podemos ser probados
mediante nuestro comportamiento. Somos llamados a actuar honestamente ante
todos los hombres (Romanos 12:17), tanto en los pequeños detalles como en
aquello que es más importante.
Recordemos que
un cristiano lleva el nombre de Jesucristo. ¡Velemos sobre nuestras palabras,
nuestros actos y nuestro comportamiento!
EDICIONES BÍBLICAS - (DEVOCIONAL "LA BUENA
SEMILLA")