Según el libro
de Hebreos, cada uno de nosotros debería traer “a la memoria los días pasados,
en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de
padecimientos” (Heb. 10:32). Recuérdate a ti mismo cuán fiel ha sido Dios,
cómo te ha traído a través de todas tus luchas y pruebas pasadas. Cuando
viniste por primera vez a Cristo, tal vez toda tu familia pensó que estabas
loco; tus antiguos amigos ya no querían pasar tiempo contigo. La gente te
acusaba en el trabajo simplemente porque elegías hacer lo correcto. Y ahora,
una vez más, te enfrentas acusación por todos lados. Es por eso que es
importante recordar cómo Dios se mostró fuerte y te hizo vencer en el pasado.
Él no te falló, ¿verdad? Tampoco te fallará en los días venideros.
El escritor de
Hebreos dice: “Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de
vuestros bienes sufristeis con gozo” (Hebreos 10:34). Muchos de estos creyentes
aún no habían sufrido personalmente, pero estaban muy conscientes de que otros,
quienes les habían precedido, habían sufrido. Cuando dice que “soportaron el
despojo de sus bienes”, significa que estaban despojándose de sus propios
planes y sueños, todas sus ideas sobre cómo deberían desarrollarse sus vidas.
En cambio, estaban dispuestos a abrazar el plan de Dios para sus vidas,
sabiendo que esto probablemente implicaría una medida de sufrimiento.
El versículo
continúa diciendo: “sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable
herencia en los cielos” (10:34). Esta es esencial-mente otra forma de estar
preparados para un momento de sufrimiento. No importa lo que tengamos que
pasar, valdrá la pena al final. Recuerda, estamos luchando por algo eterno, no
sólo por nosotros mismos, sino por otros. Estamos peleando para que tengamos
algo que dejar a la generación venidera.
CARTER CONLON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)