“Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios
en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos
ha dado.” 1ª Juan 3:24
Porque el Espíritu
Santo afecta cada área de la vida cristiana, es vital que tengamos un punto de
vista equilibrado y correcto de Su rol.
El entendimiento de la
iglesia, de la Persona
del Espíritu y ministerio ha sido gravemente distorsionado en las últimas
décadas. Los carismáticos le han dado un énfasis indebido a ciertos dones
pentecostales de modo que la experiencia subjetiva ha sido elevada a menudo
sobre la verdad escritural.
Al mismo tiempo, muchos
que no son carismáticos han exagerado ante los excesos carismáticos al casi
ignorar al Espíritu Santo. Para la mayoría, un estudio profundo del Espíritu no
encaja con el enfoque pragmático y psicológico para resolver problemas
espirituales.
Pero no podemos
permitirnos ir a ningún extremo, de lo contrario nos perderíamos lo que
realmente significa conocer al Espíritu y ministrar por Su poder. Él es indispensable en salvarnos,
capacitarnos para obedecer a Jesucristo y finalmente perfeccionarnos en gloria.
Pablo instó a los creyentes de Galacia a no abandonar al Espíritu Santo, sino a
apoyarse totalmente en Él "¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el
Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?" (Gál 3:3).
Muchos cristianos están
perdiendo el tiempo viendo seminarios, trucos, consejeros e interpretaciones
novedosas de viejas verdades para descubrir "el secreto" de la vida
abundante en Cristo. Pero la clave para tal forma de vida no es un misterio o
un secreto.
La suficiencia del
ministerio del Espíritu Santo, como se revela a través de las páginas de la
totalmente fiable Palabra de Dios, es toda la información y recursos que
podremos necesitar para vivir una vida espiritual fructífera y próspera.
En el verso de hoy, el
apóstol Juan está hablando de la presencia permanente de Cristo en la vida del
creyente, la cual nos revela el Espíritu Santo. Por lo tanto el Espíritu está
trabajando con el Señor Jesús en animarte, guiarte, iluminarte, darte poder
para cada buena obra (ver Juan 14:16, 20; 16:13).
Al entender el rol del
Espíritu y al permitirle que obre en ti diariamente, comenzarás a ver tu vida
parecerse cada vez más a Cristo.
JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)
JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)