lunes, 5 de febrero de 2018

Libro de Oro 5 febrero





VIVAMOS CON MODERACIÓN


1. No hay un camino más directo (“a la gratitud”), que quitar nuestros ojos de la vida presente y meditar en la inmortalidad del cielo. De esto se derivan dos grandes principios: El primero es, “… que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen; y los que disfrutan de este mundo, como si no disfrutasen…” El segundo es que debemos aprender a sobrellevar la pobreza quieta y pacientemente, y disfrutar de la abundancia con moderación.


2. Aquel que nos ordena que usemos este mundo como si no lo usásemos, no solamente nos prohíbe toda falta de moderación en comer y beber, en los placeres indecorosos y excesivos, en la ambición, el orgullo y la fastuosidad en nuestro hogar, sino en cada cuidado y afecto que haga disminuir nuestro nivel espiritual o que amenace con destruir nuestra devoción. En los tiempos antiguos, Cato observó que había una gran preocupación por la apariencia exterior del cuerpo, pero un gran descuido en la observancia de las virtudes. También hay un antiguo proverbio que nos recuerda que aquellos que ponen mucha atención al cuerpo generalmente descuidan el alma.


3. De modo que, aunque la libertad de los creyentes en cuanto al uso de las cosas externas no puede ser restringida por reglas rígidas y extremistas, sin embargo, y para que seamos lo menos indulgentes posible, ésta libertad ha de estar sujeta a la ley de Dios. Por el contrario, debemos, de forma continua y con toda resolución, ejercitarnos para quitar de en medio todo aquello que es superfluo, y evitar todo despliegue vano de lujo y ostentación. Cuidemos de convertir en piedra de tropiezo cualquier cosa que le Señor nos dé para enriquecer nuestra vida. (Ver 1ª Cor. 7:29-31)



JUAN CALVINO - (DEV. "EL LIBRO DE ORO DE LA VERD.")









TRADUCCIÓN