lunes, 8 de enero de 2018

Libro de Oro 8 enero





AUTO NEGACIÓN SIGNIFICA: SOBRIEDAD, JUSTICIA Y DEVOCIÓN


1. El Apóstol Pablo nos da un breve sumario de una vida bien regulada cuando le dice a Tito: “Porque la gracia de Dios se a manifestado para ofrecer salvación a todos lo hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, celoso de buenas obras.” (Tito 2:11-14). Pablo declara que necesitamos la gracia de Dios como estimulo para nuestras vidas, pero que para llegar a una verdadera adoración deben quitarse de en medio dos obstáculos: primero, la falta de devoción a la cual estamos fuertemente inclinados, y luego, concupiscencia de la carne que trata de agobiarnos y abrumarnos. La falta de devoción y piedad no solo da lugar a las supersticiones, sino todo aquello que estorba el santo temor hacia Dios. Las concupiscencias mundanas representan o simbolizan las afecciones carnales. Pablo nos urge a que dejemos de lado nuestros deseos anteriores, los cuales están en conflicto permanentes con las dos tablas de la ley, y que renunciemos a todos los dictados de nuestra propia razón y voluntad.


2. El Apóstol resume todas las acciones de la nueva vida en tres grupos: sobriedad, justicia y piedad. Indudablemente la sobriedad significa castidad y templanza, y también el uso puro y frugal de las bendiciones temporales, incluyendo la paciencia en la pobreza. La rectitud incluye todos los deberes de la justicia, de modo que cada hombre reciba lo que le corresponde. La piedad nos separa de la contaminación del mundo y, por medio de la verdadera santidad, nos une a Dios. Cuando las virtudes de la sobriedad, la justicia y la piedad están firmemente unidas producen una absoluta perfección.


3. Nada es más difícil que dejar de lado los pensamientos carnales, someter y renunciar a nuestros falsos apetitos, y consagrarnos a Dios y a nuestros hermanos, viviendo así una vida de ángeles en un mundo de corrupción. Para liberar nuestras mentes de todo engaño, Pablo llama nuestra atención a la esperanza de una bendita inmortalidad, y nos anima para que sepamos que no es en vano. Así como Cristo apareció una vez como redentor, Él vendrá otra vez para mostrarnos los beneficios de la salvación que hemos obtenido. El Señor Jesucristo nos quita de nuestra mente los encantos que nos ciegan, y nos impide volver a desearlos, dándonos un justo celo por la gloria celestial. Cristo también nos enseña para que vivamos en este mundo como, “extranjeros y peregrinos”, de modo que no perdamos nuestra herencia en los cielos. (Ver Tito 2:11-14).



JUAN CALVINO - (DEV. "EL LIBRO DE ORO DE LA VERD.")









TRADUCCIÓN