“Y la multitud que estaba allí y había oído la voz,
decía que había sido un trueno. Otros decían: “Un ángel le ha hablado”.
Respondió Jesús y dijo: “No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de
vosotros. Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo
será echado fuera. Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos atraeré a
mí mismo”. Esto decía dando a entender de qué muerte iba a morir.” Juan
12:29-33 (Lea: Juan 12:27-50)
Jesús no se
hacía ilusiones respecto a lo que iba a suceder, y sin duda se sintió animado
al escuchar la voz del Padre confirmando que lo que estaba haciendo era lo
correcto. Esta voz se escuchó por primera vez durante el bautismo de Jesús y de
nuevo en la transfiguración. Y ahora, por tercera vez, al enfrentarse con la
penosa prueba de la cruz, la voz del Padre confirma Su placer por la fidelidad
de Su amado Hijo, que estaba dispuesto a soportar lo que le esperaba. Dios
declara que después de esta dolorosa prueba habrá más gloria para Su nombre.
Jesús explica
esto mencionando tres cosas respecto a lo que tiene que ver con esta gloria:
primero, “ahora es el juicio de este mundo”. Al contemplar la cruz los hombres
podrán ver lo equivocado de la filosofía de este mundo, lo malvado de lo que da
la impresión de ser justo y necesario, quedando expuestos aquí los valores
engañosos del mundo. Aquí se revela el nivel por el cual es posible medir la
autoindulgencia del mundo, esta filosofía destructiva que escuchamos por todos
lados: “Vive para ti mismo, sólo para ti mismo...”. Pero Jesús dice que es
preciso eliminar totalmente esta clase de vida: “Si alguno quiere venir en pos
de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” (Lucas 9:23). Usted
no puede ser cristiano y continuar viviendo convencido de que su vida le
pertenece a usted, porque esa es la vida del mundo y todo eso ha sido juzgado
en la cruz.
En segundo
lugar, Jesús declara: “el príncipe de este mundo será echado fuera”. Debido a
que somos continuamente víctimas de los engaños de Satanás, no nos damos cuenta
del control tan total que tiene sobre la raza humana. Todos los hombres siguen
ciegamente los engaños demoniacos que envía Satanás al mundo. Estamos siendo
manipulados por los valores satánicos, y no tenemos ni idea de lo impotentes
que nos encontramos para cambiar, aparte de Cristo. El demonio es el príncipe,
el gobernante de este mundo, declaran las Escrituras. Él es quien controla la
sociedad humana, pero la gran palabra del evangelio es que, si creemos en Jesús
y le seguimos, seremos libres del poder de Satanás, seremos trasladados al
reino del Hijo del amor de Dios. Por primera vez podemos hacer algo permanente
en lo que se refiere a los hábitos que nos destruyen, que nos perjudican a
nosotros y a otras personas, dando al traste con nuestros planes, que sabotean
nuestras más elevadas esperanzas y sueños. En la cruz el poder del demonio
sobre la raza humana fue eliminado, haciendo que las personas fuesen libres.
Finalmente,
Jesús dice: “Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos los hombres
a mí mismo”. Puede que usted haya oído este versículo usado como si lo que
quisiera decir es que si un predicador exalta a Cristo, todo el mundo se
sentirá atraído a Él. ¡Cómo me gustaría que quisiera decir esto! Al predicar a
Cristo, he descubierto que algunos se sintieron atraídos a Él, pero no todo el
mundo. No, eso no es lo que significan estas palabras. Juan nos dice lo que
significan cuando añade: “Esto decía dando a entender de qué muerte iba a morir”.
Estas palabras de Jesús son claramente una referencia a la cruz, ya que por
medio de la cruz atraería a las personas a sí mismo. Posiblemente se refiera a
toda clase de hombres, ricos o pobres, blancos, negros, orientales, indios
americanos, niños y adultos, sin importar su clase social o sus antecedentes,
sin importar lo mucho que la persona haya caído en pecado; personas de toda
clase se sienten atraídas por la cruz y pueden ser liberadas y salvadas. ¡Qué
maravillosa palabra de esperanza y qué verdad tan grande ha resultado ser! ¡Han
venido personas de toda clase y han encontrado la libertad por medio de la cruz
de Cristo!
ORACIÓN. Señor Jesús, por medio de la cruz Tú
has juzgado al mundo, has echado a Satanás y has atraído a toda clase de personas
a Ti mismo. Ayúdame a caminar en la victoria que Tú has conseguido.
APLICACIÓN PARA LA VIDA. ¿Qué son tres
maneras en las cuales la muerte de Cristo en la cruz da gloria a Su nombre? Sus
discípulos se sienten constreñidos por lo sacrificado de Su amor de manera que
ya no vivamos para nosotros mismos, sino para Él. Él murió para que nosotros
pudiésemos vivir. ¿Estamos nosotros honrándole a Él renunciando resueltamente a
nuestros propios deseos?
RAY STEADMAN - (DEV. "EL PODER DE SU
PRESENCIA")