“Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y
vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Job
murió muy anciano, colmado de días.” Job 42:16-17 (Lea: Job 42:16-17)
El libro de Job
termina con una nota de contentamiento y paz. Es posible que Job tuviese unos
setenta años cuando comenzó el libro, así que es un anciano. ¡Qué retrato de
paz, de un hombre satisfecho! Dios le había bendecido grandemente.
Ante nosotros
tenemos un nuevo año, un nuevo comienzo. El anterior ha pasado, ha desaparecido
para siempre. Dios nos invita siempre a que nos olvidemos de todas las
desconfianzas y temores, todas las ansiedades del pasado, todos los
resentimientos que hemos venido sintiendo, todos los rencores, todas las
críticas, a que las dejemos de lado y comencemos de nuevo.
El interrogante
con el que nos enfrentamos al concluir este libro (y yo lo siento profundamente
en mi corazón) es: “¿Sobre qué base voy a vivir este nuevo año? ¿Será sobre la
antigua base, en el sentido de que todo depende de mí, de que lo tengo que
hacer yo mismo con mi propia bondad ante Dios, intentando lo mejor posible
complacer a Dios, y que yo lo diga de todo corazón, sin darme nunca cuenta de
las profundidades del mal con el que me tengo que enfrentar?”. ¿O aceptaré yo
el don de Dios que me espera todos los días, fresco de Su mano, un don de
perdón, de justicia que ya me pertenece, de una relación en la que Él es mi
amado Padre y yo soy su hijo querido y amado, y mediante la cual todas mis
necesidades han sido provistas durante todo el día, de modo que pueda decirle
que no al mal y sí a la verdad y a la justicia?
¿Será sobre
esta base? Si lo es, este será un año durante el cual mi vida se caracterizará
por la paz, la fragancia y la belleza, y lo mismo le sucederá a usted. O si insistimos
en vivirla sobre la misma antigua base, nos encontraremos como estos amigos de
Job, suscitando la ira y la cólera de Dios. Aunque Él es paciente y
misericordioso, nuestra única escapatoria será arrepentirnos del mal y
descansar sobre la justicia de nuestro Sustituto perfecto y regresar a Dios
para la bendición que Él está esperando concedernos. Esa es la opción que
tenemos ante nosotros, cada uno de nosotros. ¿Cómo vamos a vivir este nuevo
año?
ORACIÓN. Señor, te doy gracias por este nuevo
año que tengo ante mí. Te escojo a Ti. He escogido depender de Ti y aceptar de
Tu mano todo lo que Tú quieras darme.
APLICACIÓN PARA LA VIDA. Tenemos ante
nosotros todo un año nuevo, un nuevo comienzo. El viejo ha pasado; ha
desaparecido para siempre. ¿Sobre cuál de estas dos bases vamos a vivir este
nuevo año?
RAY STEADMAN - (DEV. "EL PODER DE SU
PRESENCIA")