“El corazón
alegre hermosea el rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate.” Proverbios
15:13 (Leer: Proverbios 15:13-15)
Coloqué las bolsas en mi auto y, con cuidado, salí del
estacionamiento. De repente, un hombre se cruzó, sin darse cuenta de que yo
salía. Apreté el freno a fondo y evité atropellarlo. Sobresaltado, él levantó
la vista y se encontró con mi mirada… En ese momento, supe que debía decidir
entre responderle enojada o sonreírle a manera de perdón. Sonreí.
El alivio se le vio en la cara, y sonrió agradecido.
Proverbios 15:13 dice: «El corazón alegre hermosea el
rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate». ¿El escritor está
diciendo que debemos sonreír frente a toda interrupción, decepción e
inconveniente de la vida? ¡Por supuesto que no! Hay momentos para el lamento
genuino, la desesperación e, incluso, el enojo ante las injusticias. Pero, en
las situaciones cotidianas, una sonrisa puede brindar alivio, esperanza y la
gracia necesaria para seguir adelante.
Quizá la idea
del proverbio es que una sonrisa brota naturalmente de la condición de nuestro
ser interior. Un «corazón alegre»
está en paz, satisfecho y confiado en que Dios siempre hace lo mejor. Con esta
clase de corazón, podemos reaccionar ante las circunstancias sorprendentes con
una sonrisa franca, que invita a los demás a abrazar la esperanza y la paz que
pueden experimentar en Dios.
Señor, ayúdame a reflejar un corazón gozoso.
«… animaos unos a otros, y edificaos unos a otros…». 1ª
Tesalon. 5:11
(La Biblia en
un año: Zacarías 5–8 — Apocalipsis 19:1-21)
EM -
(DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO")