“Respondió Job a Jehová y dijo: ‘Yo reconozco que
todo lo puedes y que no hay pensamiento que te sea oculto’” Job 42:1-2 (Lea: Job 42:1-2)
Lo más
importante de los temas de este libro de Job es que nos revela el carácter de
Dios mismo. A veces a nosotros nos da la impresión de que Dios es un Ser frío,
impersonal y distante, que no se preocupa por nosotros, e incluso es despiadado
y vengativo, demandándonos muchas cosas a nosotros, como Ser poderoso, pero sin
compasión. Estoy seguro de que si realizásemos una encuesta descubriría usted
que esa es la visión más corriente acerca de Dios en el mundo hoy. El término
medio de las personas en la calle, si piensan para algo en Dios, piensan que es
un Ser bastante frío y distante, que es poderoso y justo, duro y exigente, que
es un Dios colérico. A este Dios normalmente se le llama el “Dios del Antiguo
Testamento”, como si Dios fuese dos clases de seres, uno en el Antiguo
Testamento y otro en el Nuevo.
Pero lo que
enseña el libro de Job es que, tras la aparición (e incluso Job le vio a Él de
ese modo durante un tiempo), Dios es siempre exactamente lo que es, no un Dios
despiadado y frío, sino de hecho profundamente consciente de nuestros
problemas. Él se preocupa por nosotros, controlando cuidadosamente todo lo que
nos afecta, limitando el poder de Satanás y permitiendo ciertas expresiones, de
acuerdo con Su conocimiento de lo mucho que podemos resistir. Él es paciente, perdonador y finalmente
responsable de todo lo que sucede.
En el principio
de este libro, la atención del lector se centra en tres seres: Dios, Satanás y
Job. Para el final del libro, Satanás ha desaparecido por completo. Todo lo que
nos queda es Dios ante Job, diciéndole: “Está bien, Job, yo soy responsable.
¿Tienes algo que preguntar?”. Cuando Job empieza a ver lo que Dios está
planeando en Sus vastos y cósmicos propósitos y lo que está haciendo posible
por medio de los sufrimientos de Job, ya no le quedan más preguntas que hacer.
La última visión de Dios en este libro es la de un Ser de una increíble
sabiduría que reúne las cosas muy por encima de los sueños y de la imaginación
humana, que está llevando a cabo planes increíbles de infinito deleite y gozo
que nos dará a nosotros si nosotros esperamos que Sus propósitos se resuelvan
totalmente.
El Señor
menciona un tiempo “cuando alababan juntas todas las estrellas del alba y se
regocijaban todos los hijos de Dios” (Job 38:7) durante la creación del mundo,
pero otros pasajes de las Escrituras nos hablan acerca de un tiempo futuro
durante el cual los hijos de Dios serán revelados (Romanos 8:19), cuando toda
la creación gritará con una gloria superior a la que jamás se ha conocido
durante la primera creación en la nueva creación que Dios ha llevado a cabo por
medio de los sufrimientos, las pruebas y las tribulaciones de esta actual
escena. Este es el motivo por el que las Escrituras hablan en numerosos pasajes
acerca de “pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada
vez más excelente y eterno peso de gloria” (2ª Corintios 4:17). Cuando amanezca
ese día, aquello por lo que nos sentiremos infinitamente agradecidos, la cosa
por encima de todas las demás que nos encantará y nos alegrará y causará que
nos gloriemos en ella, es el hecho de que, de todo el universo creado, nosotros
fuimos escogidos para ser los que llevásemos el nombre de Dios en la hora de
peligro y aflicción, de problemas y pruebas. No hay mayor honor que este.
ORACIÓN. Padre nuestro, lo considero
verdaderamente un poderoso privilegio llevar el reproche por amor a Tu nombre.
Sé que vendrá el día cuando ese será mi principal gozo.
APLICACIÓN PARA LA VIDA. El dolor es con frecuencia el megáfono de Dios
para obligarnos a centrar nuestra atención en la gracia de Dios. ¿Estamos
nosotros tan distraídos con los pequeños detalles del mundo que no podemos ser
conscientes del vasto plan del amor de Dios?
RAY STEADMAN - (DEV. "EL PODER DE SU
PRESENCIA")