Cuando el
Espíritu nos mueve a hablar en amor, debemos hacerlo. Recientemente, al salir a
almorzar con mi esposa, me sentí conmovido a decirle a uno de los camareros que
Jesús lo amaba. Él no respondió, pero más tarde lo vi decirles a los otros
camareros lo que yo le había dicho, lo cual produjo algunas miradas de
curiosidad hacia nosotros. Luego algo interesante ocurrió. Cuando nos íbamos,
otro camarero me detuvo ¡y me preguntó si yo podría orar por él!
Ese es un
ejemplo de la diferencia entre la religión y el amor de Jesús. Amar a Jesús
significa compartir su testimonio inclusive cuando puede hacerte parecer un
poco loco; y luego, ver el poder de Dios moverse poderosamente.
Algunos creen
que, para llegar a ser cristiano, se debe conocer las leyes espirituales o
hacer alguna oración particular. Pero no fue así como Jesús le explicó la fe a
Nicodemo, un intelectual judío bien versado en la religión. Nicodemo tuvo
dificultades para comprender lo que Jesús quiso decir con “nacer de nuevo”. “¿Cómo puede un
hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de
su madre, y nacer?” (Juan 3:4).
Nicodemo estaba
tratando de entender las cosas de Dios a través de su intelecto, pero Jesús señaló que las cosas de Dios
nunca se realizan a través de nuestra carne: “De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es” (3:5-6).
Amigo, se nos
ha dado algo mucho mejor que la religión. Es tiempo de levantarnos y seguir a
Cristo a un lugar más elevado. El corazón de lo que Santiago llama “la religión pura y sin mácula delante de
Dios” (Santiago 1:27, énfasis añadido) se trata de tomar el amor que hemos
conocido y compartirlo libre y abundantemente con los demás. Esto elimina
cualquier temor sobre lo que debemos “hacer por el Señor” y lo reemplaza con un
corazón dispuesto a recibir y dar su amor. ¡Esto es una vida real, abundante!
GARY WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)