PELIGRO DE LAS NUEVAS INDULGENCIAS
“Mi casa será declarada casa de oración… pero
ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones.” Marcos 11:17 (Leer: Marcos
11:15-19)
Durante la Edad
Media las indulgencias fueron desengavetadas, remodeladas y como ropa nueva, de
ultima moda. Muchas iglesias se convirtieron en empresas lucrativas. Hicieron
del Evangelio un lucro desde el balcón del púlpito, del templo, una feria de
creyentes consumidores. Falsos maestros hacen del Evangelio un comercio. No
predican para que los pecadores se arrepientan, sino para llenar las cajas de
la iglesia. Recaudan dinero no para evangelizar, sino que evangelizan para
recaudar dinero. El vector que los mueve no es la gloria de Dios o la salvación
de los perdidos, sino la ganancia. Estos precursores de la prosperidad
transforman la fe en un comercio rentable y
explotan la ignorancia de la gente para mantenerlos en una ceguera espiritual y
arrancarles hasta el último centavo.
Ay, ¡cómo está
la religión prostituida en un comercio! ¡Cómo la motivación que tienen muchos
predicadores sin escrúpulos, se demuestra como materialista! Hacen campañas y
más campañas, vendiendo ilusiones a la gente, sólo para arrastrarlos al abismo
de severas frustraciones con las cosas sagradas. Estos vendedores ambulantes de
la fe, sin temor alguno, hacen promesas en nombre de Dios, sin ningún tipo de
respaldo de las Escrituras. Son lobos con piel de oveja. Son maestros del
engaño.
Señor, la única
manera de oponernos al engaño es conocer más de la verdad que nos revela la
Biblia, que afirma que no hay otro nombre dado a los hombres en que podamos ser
salvos.
MINISTERIO REFORMA - (DEVOCIONAL “CADA DÍA”)