“Manténganse, pues, firmes en la libertad con que
Cristo nos hizo libres, y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud.”
Gálatas 5:1
Una de las
cosas más sorprendentes que mi esposa y yo encontramos en nuestros viajes a
Israel, fueron los elevadores especiales para el Sabbath (el día de reposo).
Durante todo el
día van de la planta baja al último piso y del último piso a la planta baja,
deteniéndose y abriéndose en cada piso.
La primera vez
que subimos, creímos que algún jovencito había entrado y oprimido todos los
botones a la vez, pero después nos enteramos que hay una ley hebrea que dice
que oprimir un botón en sábado es trabajar y se supone que el sábado no se debe
trabajar, sino descansar.
Antes, quienes
necesitaban de un ascensor para ir a su apartamento debían usar las escaleras.
Pero eso se solucionó cuando a alguien se le ocurrió inventar el ascensor que
se detiene en cada piso.
El problema
parecía resuelto hasta que recientemente salió una ley rabínica que dice que
estos elevadores también violan la ley, porque
el peso de los usuarios aumenta la cantidad de electricidad necesaria para
elevarlo.
El Rabí Yosef
Shalom Elyashiv, de 99 años, es el sabio que hizo la controversial decisión
acerca de los elevadores. Y esta no fue la última. Luego decretó que los judíos
no pueden usar zuecos el Día de Expiación, porque son demasiado cómodos para la
formalidad que exige el día de ayuno.
Si comparto
esto no es para criticar o desacreditar a nadie, ya que respeto mucho a
cualquier grupo de personas que toma en serio su fe. Pero, por otro lado, doy
gracias por la libertad que el Salvador me ha dado a mí y a todos sus
seguidores.
Jesús,
cumpliendo la ley que nosotros quebrantamos, nos hizo libres de la condenación
de esa ley. Es por ello que, salvos y liberados, vivimos una vida de
agradecimiento y reconocimiento.
ORACIÓN: Amado Dios, una vez estuvimos
convictos bajo la ley del pecado. Ahora somos libres por la vida perfecta de
Jesús. Que el Espíritu Santo dirija nuestros corazones gozosos a vivir
agradecidos por su regalo divino. En el nombre de Jesús. Amén.
CRISTO PARA TODAS LAS N. - (DEV. “ALIMENTO DIARIO”)