“… juzgarás los
pueblos con equidad, y pastorearás las naciones en la tierra.” Salmo 67:4 (Leer:
Salmo 67)
En una conferencia en Asia, tuve en pocas horas dos
conversaciones reveladoras. Primero, un pastor contó que había pasado once años
en la cárcel por una sentencia errónea de asesinato, hasta que lo liberaron.
Después, un grupo de familias relató que habían pagado una fortuna para escapar
de la persecución religiosa en su país, pero los habían traicionado. Ahora,
después de años en un campamento de refugiados, se preguntan si alguna vez
encontrarán un hogar.
En ambos casos, la crisis se intensificó por falta de
justicia… una prueba del estado de nuestro mundo. Sin embargo, este vacío de
justicia no es una situación permanente.
El Salmo 67 llama al pueblo de Dios a darlo a conocer a
nuestro mundo que sufre. El resultado
será alegría y gozo, por al amor de Dios y por su justicia. «Alégrense y
gócense las naciones porque juzgarás los pueblos con equidad, y pastorearás las
naciones en la tierra» (v. 4).
Los escritores de la Biblia entendían la «equidad» como
un componente clave del amor de Dios, pero sabían que solo se cumplirá a la
perfección en el futuro. Entretanto, podemos señalar a los demás la justicia
divina del Señor. Su venida verá correr «el juicio como las aguas, y la
justicia como impetuoso arroyo» (Amós 5:24).
Padre, ayúdanos a practicar obras de justicia mientras
esperamos que vuelvas.
Que tus obras apunten a la justicia y tu oración a la
misericordia.
(La Biblia en
un año: Jeremías 34–36 — Hebreos 2:1-18)
BILL CROWDER -
(DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO")