sábado, 4 de noviembre de 2017

Aprender a dirigir (3) 4 noviembre





" ...corrige, reprende y anima...” (2ª Timoteo 4:2 CST)


Cuando buscas la aprobación y la aceptación de los demás, terminas bajo el control de los que supuestamente deberías liderar. Pablo se dio cuenta de ello y por eso instruyó a Tito así: “Debes enseñar ... y alentar ... Tienes la autoridad para corregirlos cuando sea necesario, así que no permitas que nadie ignore lo que dices” (Tito 2:15 NTV). Hay líderes que son inseguros y temen causar revuelo en sus filas, se desesperan a la hora de tomar decisiones y se culpan por las reacciones emocionales de los demás. No se dan cuenta de que cuando hacen lo debido y los demás no están de acuerdo, es problema de estos, a no ser que el líder lo haga suyo. Los líderes maduros saben cómo tratar con las desilusiones y mantienen una buena actitud, puesto que están dispuestos a ser corregidos aunque no les resulte agradable.

Reflexiona: Cuando das una advertencia a tus hijos de que no pongan la mano en el fuego, no es responsabilidad tuya que les guste el consejo, ¿verdad? Esperas que lo entiendan cuando sean más maduros. Es verdad que a algunos no les gusta oír un “no”, aun siendo mayores. No obstante, todos necesitamos que nos lo digan de vez en cuando, porque si no, nunca estaremos contentos, a menos de que nos salgamos siempre con la nuestra; y eso no nos lleva a ninguna parte, o si acaso a mal puerto. Pablo, que estaba formando a Timoteo para ser líder, le dijo: “...Corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar” (2ª Timoteo 4:2 CST). Corrígelos cuando se equivoquen, repréndelos cuando sean obstinados y anímalos cuando tengan dificultades; sé paciente cuando estén aprendiendo y madurando y asegúrate de que tus instrucciones son claras y fáciles de comprender. Eso es lo que hace que un líder sea efectivo, y la única forma de aprenderlo es practicándolo.



BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA PARA HOY")









TRADUCCIÓN