“El entendido en la palabra, hallará bien; y el que
confía en Jehová, él es bienaventurado.” Proverbios 16:20
La sabiduría es
la verdadera fuerza del hombre y, bajo su dirección, cumple mejor los fines de
su existencia. El dirigir sabiamente los asuntos de la vida da al hombre el
goce más exquisito y le ofrece a sus facultades la ocupación más noble; por lo
tanto, halla bien en el sentido más amplio. Sin la sabiduría, el hombre es como
un pollino de asno montés, que corre de aquí para allá gastando fuerzas que
podrían ser empleadas provechosamente. La sabiduría es la brújula por la cual
el hombre debe dirigirse a través del intransitable desierto de la vida; sin
ella, es un barco abandonado, al juego de los vientos y de las olas. El hombre
debe ser prudente en un mundo como este, de lo contrario no hallará bien sino
será traicionado por innumerables males. El peregrino herirá lastimosamente sus
pies entre las zarzas de la selva de la vida si no elige sus pasos con mucho
cuidado. El que está en un desierto infestado de ladrones debe conducirse
sabiamente si quiere viajar con seguridad.
Si, adiestrados por el gran Maestro, seguimos por
donde él guía, hallaremos bien, aun en esta triste morada. Hay frutos
celestiales que deben ser cosechados de este lado de las glorietas del Edén y
cantos del paraíso que tienen que ser cantados en medio de la arboleda de la
tierra. Pero, ¿dónde será hallada esta sabiduría? Muchos han soñado en ella,
pero no la han poseído. ¿Dónde la aprenderemos? Atendamos a la voz del Señor
porque él ha declarado el secreto. El ha revelado a los hijos de los hombres
dónde está la verdadera sabiduría, y nosotros la tenemos en el texto: “El que
confía en Jehová”. El verdadero modo de dirigir un asunto sabiamente es confiar
en el Señor. Esta es la pista segura para llegar al más intrincado laberinto de
la vida; síguela y hallarás eterna felicidad. El que confía en el Señor tiene
un diploma por la sabiduría que le fue concedida por inspiración. Ahora es
feliz y más feliz será en el cielo. Señor, en este suave anochecer pasea
conmigo en el jardín y enséñame la sabiduría de la fe.
CHARLES SPURGEON - (DEV. “LECTURAS VESPERTINAS”)