“...ve y reconcíliate ... llega a un acuerdo lo más
rápido posible” (Mateo 5:24-25 NVI)
¿No están
siendo reconocidos tus talentos? ¿Tienes un don especial pero no parece que
Dios te esté prosperando con él? Puede que esta sea la clave: “...Si estás presentando
tu ofrenda en el altar y ... recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,
deja tu ofrenda ... Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y
presenta tu ofrenda ... llega a un acuerdo con él lo más pronto posible” (Mateo
5:23-25 NVI). No te dejes guiar por tu ego herido, sino por la Palabra de Dios.
Quizás la persona con la que tienes el problema ya no esté cerca, pero todavía
te sientes angustiado al recordarlo. Si es así, lee estas dos citas:
1) “...Confesaos unos a otros
vuestros pecados, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración
del justo es poderosa y eficaz” (Santiago 5:16 CST).
2) “A
quienes perdonéis sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los
perdonéis, no les serán perdonados” (Juan 20:23 CST).
Comparte tu
sentir con alguien digno de confianza, ora con esa persona y confiesa
abiertamente tus errores y la culpa que sientes. La oración y la presencia de
un buen amigo te pueden dar la paz que estás buscando. Después de que David
mató a Urías, el marido de su amante, sintió una gran culpa y después buscó el
perdón de Dios. Sin embargo, Urías no estaba allí para escuchar su confesión,
pues había muerto hacía más de un año. Cuando Natán acude a David y lo
confronta entonces él le abrió su corazón y le dijo: “He pecado”. Natán lo
escuchó pacientemente y le dijo: “El Señor ha perdonado ya tu pecado, y no
morirás” (2 Samuel 12:13 NVI). Sigue el ejemplo de David; luego olvida el
asunto y sigue adelante.
BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA
PARA HOY")
