“Espera en el Señor. Esfuérzate y aliéntese tu
corazón. ¡Sí, espera en el Señor!”
Salmos 27:14 (Leer: Salmos
27:1-14)
Mientras
conducía el auto camino a la guardería donde la esperaba su niña, Lucia se
sentía muy deprimida. Su jefa le había hecho de nuevo la vida imposible, el
arrendador de la casa había subido nuevamente el costo de la renta. Estaba
criando a su hija sin ayuda, pues su esposo las había abandonado. Se sentía
realmente sola. En medio de esa desesperación elevó una oración desesperada a
Dios: “Estoy dando lo mejor de mí, por favor Señor ayúdame”.
Justo en ese
preciso momento, en la emisora de radio que tenía sintonizada, sonó una canción
que decía: “Dios hará un camino, cuando parezca que no hay adonde ir. Él obra en formas que no vemos, y abrirá un
camino para mí”. Cerró su oración diciendo: “Dios, por favor haz eso conmigo,
Amén”.
El rey David también suplicó a nuestro Señor de una
forma semejante, cuando estaba pasando por situaciones muy proble-máticas; él oró de la
siguiente manera: “Escucha, oh Señor, mi voz con que clamo a ti. Ten
misericordia de mí y respóndeme” (Salmos 27:7). Casi de inmediato, reaccionó
diciendo: “Espera en el Señor. Esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera
en el Señor!” (Salmos 27:14).
Dios se
especializa en mostrar su poder en situaciones que los seres humanos
consideramos irremediables. Israel estaba en esa situación cuando Dios dividió
el mar frente a ellos (Ex. 13:17-14:31). El profeta Daniel fue protegido en el
foso de los leones (Dan. 6:10-23). Mientras, Pablo y Silas fueron liberados de
la prisión (Hech. 16:25-40).
Dios también
abrió un camino para Lucía, ella con el tiempo pudo conseguir un mejor empleo
para el cual se había postulado meses atrás.
Gracias al aumento de salario, pudo pagar la renta de la casa y ubicar a
su hija en un lugar más cercano al nuevo lugar de trabajo, lo que le permitió
pasar más tiempo con ella.
1. Muchas veces parece que la vida nos
está acorralando; es en esos momentos cuando no debemos desesperarnos.
Confiemos en Dios y Su providencia; mientras sigues adelante Dios puede abrir
nuevos caminos y oportunidades para ti.
2. Nuestro futuro le pertenece a Dios, Él
lo conoce, confía en el Señor.
MD/HG -
(DEV. PROVERBIOS: “SABIDURÍA DIVINA PARA LA VIDA DIARIA”)


