“Porque nuestra momentánea y leve tribulación
produce para nosotros un eterno peso de gloria más que incomparable” 2ª Cor 4:17 (1ª Pedro 4:12-19)
Un joven
esperaba con ansias poder entrar en el cuerpo de bomberos de su comunidad, una
vez que terminara la escuela secundaria. Sin embargo, luego de sólo algunas
semanas de haber empezado el entrenamiento, quiso retirarse. Luego de su salida
oficial de la Escuela de Bomberos, el joven admitió: “No sabía que sería tan
difícil”.
Al igual que
este joven aspirante a bombero, muchos creyentes se ven sorprendidos por las
pruebas que sobrevendrán en su caminar con Cristo. De la misma forma que este
joven debió haber sabido en lo que se estaba metiendo cuando decidió entrar en
la Escuela de Bomberos, a los creyentes se nos ha advertido, que la vida de un
discípulo de Cristo no es solamente alabanza, o alegrías con sus demás hermanos
y hermanas.
En 1ª Pedro
4:12 leemos lo siguiente: “Amados, no se sorprendan por el fuego que arde entre
ustedes para ponerlos a prueba como si les aconteciera cosa extraña”. El mensaje en resumen es que no debemos
estar sorprendidos por las pruebas que aparecerán en el camino.
A pesar de que
estas no sean buenas noticias, debemos estar tranquilos de que la historia no
termina allí. Recordemos siempre las
hermosas palabras de Rom. 8:18 que dice: “Porque considero que los
padecimientos del tiempo presente no son dignos de comparar con la gloria que pronto
nos ha de ser revelada”. Las pruebas acabarán, y podemos estar seguros que
aunque en esta tierra podremos pasar por tiempos de tribulación, lo que nos
espera con Jesús es el gozo permanente.
Las pruebas
forman parte de la vida, sin embargo, estas siempre serán pasajeras; tan sólo
un recuerdo lejano en comparación del futuro glorioso que nos espera.
En el momento
que empieces a atravesar momentos difíciles, confía en Dios.
MD/HG -
(DEV. PROVERBIOS: “SABIDURÍA DIVINA PARA LA VIDA DIARIA”)