“Bienaventurados los de limpio corazón,
porque ellos verán a Dios.” Mateo 5:8
La religión
viene en muchas formas. Casi cada creencia concebible o comportamiento ha sido
incorporado en algún sistema religioso en algún punto en el tiempo. Pero en
realidad sólo hay dos tipos de religiones: una dice que puedes ganar tu entrada
al cielo, y la otra dice que debes confiar en Jesucristo solamente. Una es la
religión del logro humano, la otra es la religión del logro divino.
Aquellos que
confían en sus logros tienden a compararse con otros. Pero ese es un estándar
relativo de auto-justificación porque siempre podrás encontrar a alguien peor
que tú para basar tu comparación.
Jesús eliminó
todos los estándares humanos cuando dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” (Mat 5:48). Aún los líderes
religiosos judíos, que generalmente se pensaba de ellos que eran el epítome de
la justicia, no calificaron de acuerdo a ese estándar. De hecho, Jesús le dijo
a la gente que su justicia tendría que superar la de los escribas y fariseos si
querían entrar en el reino de los cielos (Mat 5:20). Eso debió sorprenderlos, pero Jesús no estaba hablando de
conformidad a las ceremonias religiosas externas. Él estaba pidiendo
corazones puros.
Dios no te
compara a los mentirosos, ladrones, tramposos, abusadores de niños o asesinos.
Él te compara con sí mismo. Su carácter santo absoluto es el estándar por el
cual Él mide tu idoneidad para el cielo. Aparte de Cristo, todos fallan ese
estándar porque todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios (Rom
3:23). Pero la verdad gloriosa de la salvación es que Cristo Jesús vino a la
tierra para purificar nuestros corazones. Él tomó nuestros pecados sobre sí
mismo, pagó la penalidad, y entonces nos otorgó su propia justicia (Rom 4:24).
Él nos mantiene puros al lavarnos continuamente de nuestro pecado y dándonos a
conocer Su voluntad.
Tu fe en
Cristo, (no en tus logros personales) es lo que te hace puro. ¡Que esa verdad
traiga gozo a tu corazón y alabanza a tus labios!
JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)