“Y la mano de
Jehová había sido sobre mí la tarde…”
Ezequiel 33:22
Quizás se habla aquí de juicio, y, si es así, debo considerar el motivo de
esta visita y prestar atención a la disciplina y al que la decreta. No soy el
único que es castigado en la noche; debo, pues, someterme con alegría a la
aflicción y esforzarme con toda solicitud para sacar provecho de ella. Pero la
mano del Señor puede hacerse sentir en otro modo, fortaleciendo al alma y
elevando el espíritu hacia las cosas eternas. ¡Oh!, qué dicha experimentaría yo
si pudiese sentir que el Señor contiende conmigo en ese sentido. El sentido de
la divina presencia y de su permanencia en nosotros lleva al alma hacia el
cielo como sobre alas de águila. En tales ocasiones nos sentimos llenos hasta
el borde de gozo espiritual y olvidamos los cuidados y tristezas de la tierra;
lo invisible está cerca y lo visible pierde el poder que tiene sobre nosotros.
El siervo, que es el cuerpo, aguarda al pie del monte, mientras que el
espíritu, que es el dueño, adora en la cumbre, en la presencia del Señor.
¡Oh!, qué
bendito momento de divina comunión me puede ser concedido esta tarde. El Señor
sabe que yo mucho lo necesito. Esta es la razón porque su mano
sanadora debiera reposar sobre mí. Su mano puede mitigar el calor de mis
ardientes sienes y detener la agitación de mi angustiado corazón. Aquella
gloriosa mano derecha que ha formado el mundo, puede de nuevo crear mi mente;
la infatigable mano que soporta los gigantescos pilares de la tierra puede
sostener mi espíritu; la mano amorosa que abarca a todos los santos me puede
acariciar y la poderosa mano que quebranta al enemigo puede someter mis
pecados. ¿Qué motivos hay para que yo no sienta esta tarde el toque de esa
mano? Ven, alma mía, dirígete a tu Dios con el poderoso argumento de que las
manos de Jesús fueron traspasadas para tu redención, y, sin duda, tú sentirás
sobre ti aquella misma mano que una vez tocó a Daniel y lo hizo arrodillar para
que pudiese ver las visiones de Dios.
CHARLES
SPURGEON - (DEV. “LECTURAS VESPERTINAS”)