sábado, 24 de diciembre de 2016

Viviendo en armonía 24 diciembre





“por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:38-39


Cuando nací físicamente, tuve un padre, como hijo de Marvin Anderson, ¿habría algo que pudiera cambiar mi relación de sangre con él? ¿Qué tal si me escapara de la casa y me cambiara el nombre? ¿Sería todavía su hijo? ¡Claro! Somos familia de sangre y nada lo puede cambiar ¿Pero habrá algo que yo pudiera hacer que afectara la armonía de nuestra relación de padre-hijo? ¡Por supuesto que sí! La armonía de nuestra relación se vio afectada en numerosas ocasiones por mi comportamiento.

En el mundo espiritual, cuando nací de nuevo me convertí en familia de Dios. Dios es mi Padre y disfruto de una relación eterna con Él a través de la preciosa sangre de Cristo (1ª Ped 1:18-19) Soy un hijo de Dios, en unión espiritual con Él por Su gracia la cual recibí por fe. Mi relación con Dios fue establecida para siempre cuando nací en Su familia. ¿Pero habrá algo que yo pudiera hacer que interfiera con la armonía de mi relación con Dios? ¡Absolutamente que sí! Vivir en armonía con Dios se basa en el mismo punto de la armonía con mi padre terrenal: obediencia. Cuando no obedezco a Dios, la armonía de nuestra relación se afecta y mi vida generalmente se vuelve miserable como resultado de ello. Amo a mi Padre celestial y quiero estar en armonía con Él, así que lucho para obedecerlo. Pero aún cuando no estamos en armonía debido a mi desobediencia, mi relación con Él no está en juego porque somos familia por la sangre de Jesucristo.

Pablo estaba convencido de que nada le podía separar del amor de Dios (Rom 8:35-39). Jesús dijo: "mis ovejas oyen mi voz, yo las conozco y ellas me siguen, yo les doy vida eterna y nunca perecerán, nadie podrá arrebatarlas de mi mano" (Juan 10:27-28). Enfócate en tu obediencia a Dios para que puedas vivir en armonía con Él.


ORACIÓN. Gracias Padre celestial por la relación eterna que disfruto contigo por la preciosa sangre de Jesús. Enséñame a obedecerte para vivir en armonía contigo, en el nombre de Jesús, amén.



NEIL ANDERSON - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO")









TRADUCCIÓN