“por medio de las cuales nos ha dado preciosas y
grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la
naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa
de la concupiscencia” 2ª Pedro 1:4
¿Qué dice la
Biblia específicamente en cuanto a nuestra naturaleza? La palabra griega para
naturaleza se utiliza de esta manera solo dos veces en el Nuevo Testamento. Efesios
2:1-3 describe la naturaleza que todos compartimos antes de venir a Cristo
“Estábamos muertos en nuestros delitos y pecados… y éramos por naturaleza hijos
de ira”. ¿Cuál era tu naturaleza básica antes de que nacieras espiritualmente?
Tú y cualquier cristiano “éramos por naturaleza hijos de ira”, muertos en pecado,
sujetos al poder de Satanás viviendo completamente para satisfacer deseos
pecaminosos. Esta es la condición de todo incrédulo hoy.
La segunda
aparición de la palabra está en 2ª Pedro 1:4 describiendo nuestra naturaleza
después de que llegamos a Cristo. Él nos ha concedido Sus promesas preciosas y
grandísimas para que por medio de ellas podamos convertirnos en partícipes de
la naturaleza divina.
Cuando te unes espiritualmente a Dios a través de
tu nuevo nacimiento, no añadiste una nueva naturaleza divina a tu vieja
naturaleza pecaminosa. Tú intercambiaste naturalezas. La salvación no es solo
un asunto de Dios perdonando tus pecados y otorgándote un pase para el cielo
cuando mueras. La salvación es una regeneración. Dios te trasladó de las
tinieblas a la luz, de pecador a santo. Hay algo nuevo en ti que no había
antes. Si Dios no hubiera cambiado tu identidad en la salvación estarías
atascado con tu vieja identidad hasta que murieras. ¿Cómo esperas crecer hasta
madurar si no comienzas como un hijo transformado por Dios? Convertirse en un
partícipe de la naturaleza de Dios es fundamental para la identidad de los cristianos y su
madurez.
Ya no estamos
más en Adán. Estamos en Cristo. Todavía podemos escoger caminar de acuerdo a la
carne, pero ¿por qué quisiéramos hacerlo? Tú no estás en la carne sino en el
Espíritu si es que el Espíritu de Dios mora en ti. Y si no tienes el Espíritu
de Cristo, no eres de Él. (Rom 8:9)
ORACIÓN. Señor, te pido que mi entendimiento de
quién soy en Cristo pueda crecer para que pueda caminar la vida victoriosa que
Tú aseguraste para mí, en el nombre de Jesús, amén.
NEIL ANDERSON - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)