"Y lo vil
del mundo escogió Dios" 1ª
Corintios 1:28
Anda por las calles a la luz de la luna, si te atreves, y verás pecadores;
mira con atención cuando la noche es oscura a la puerta, y verás pecadores. Ve
a la cárcel, y mira a los hombres que tienen cejas espesas y amenazantes, y
allí verás pecadores. Ve a los reformatorios y observa a los que exhiben una
desenfrenada perversión juvenil, y allí verás pecadores. Cruza los mares y ve
al lugar donde un hombre roe un hueso sobre el cual humea carne humana, y allí
tendrás pecadores. Ve adonde quieras; no necesitas explorar la tierra para
hallar pecadores, pues abundan en todas partes. Los puedes hallar en las calles
o en las sendas de cualquier ciudad, pueblo, villa o aldea. Es por los tales
que Jesús murió. Si me traes al más vil de todos los pecadores, aun de él
tendré esperanza, porque Jesucristo vino a buscar y a salvar a los pecadores.
El amor ha elegido a algunos de los peores para transformarlos en los mejores.
Los pedruscos
del arroyo de la gracia se transforman en joyas para la corona del Rey. Dios
transforma en oro puro la inútil escoria. El amor divino ha apartado a muchos
de los peores pecadores para que constituyan el galardón del sacrificio del
Salvador. La gracia llama a muchos de los más viles, para que se sienten a la
mesa de la misericordia; que ninguno desespere, pues.
Lector, por el amor que arranca lágrimas de los ojos de Jesús; por el amor
que fluye de sus sangrantes heridas; por aquel amor fiel, fuerte, puro,
desinteresado y permanente; por el corazón y las entrañas de compasión del
Salvador, te rogamos que no te vayas hoy de tu casa, como si esto no
significase nada para ti, sino cree en él ahora, y serás salvo. Confía tu alma
a él, y él la llevará a la diestra de su Padre, en la gloria eterna.
CHARLES
SPURGEON - (Dev. “LECTURAS MATUTINAS”)