martes, 6 de diciembre de 2016

CONFLICTO 5 diciembre








PREGUNTA Y RESPUESTA DE DICIEMBRE 5 - 6 DE 2016

CONFLICTO (GÁLATAS 2)

"Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión." Gálatas 2:11-13


Como los judaizantes habían dicho a los creyentes en las iglesias de Galacia que Pablo no era un apóstol verdadero, el incidente mencionado en este versículo tiene un significado especial. Pablo no solo era igual a los demás apóstoles sino que en esta ocasión peculiar había amonestado a Pedro, quien era reconocido como líder entre los doce apóstoles. Tanto Pedro como Pablo habían experimentado la salvación por gracia mediante la fe, ambos fueron escogidos para ser apóstoles por intervención directa de Jesucristo tras Su resurrección y ambos habían sido usados con poder por el Espíritu Santo en el establecimiento e instrucción de la naciente iglesia. El libro de Hechos puede dividirse entre el ministerio de la iglesia primitiva que se centró en Pedro (1-12) y el que giró alrededor de Pablo (13-28). Aquí se menciona una ocasión en la que ambos hombres de Dios tuvieron un encuentro en Antioquía que pareció más un choque frente a frente.

Le resistí es traducción de anistemi, que alude a impedir o prohibir y por lo general se aplicaba a medidas preventivas. Con su apartamiento de los gentiles, Pedro en efecto se había unido a los judaizantes en su desprecio de la enseñanza inspirada de Pablo, en especial la doctrina de salvación por la sola gracia de Dios que obra solo mediante la fe humana. Pedro mismo sabía que esto era de condenar; y por eso Pablo se le opuso cara a cara. Pedro no había hecho algo que era de condenar en el sentido que corriera el peligro de perder su salvación, sino en el sentido de ser culpable de pecado al apoyar un punto de vista que sabía muy bien, era errado. Sin duda alguna su pecado era de condenar a la vista de los creyentes gentiles en Antioquia, porque habían sido bien fundamentados en el Evangelio de la gracia y quedaron perplejos y heridos por el repentino ostracismo del apóstol hacia ellos.

Antes que la concesión de Pedro a favor de los judaizantes causara daños serios en la iglesia de Antioquía, Dios usó a Pablo para cortar el error de raíz. Al hacerlo, también suministró quizás a Pablo la más convincente prueba de su autoridad apostólica. Dios siempre tiene un propósito, incluso en medio de las peores circunstancias; y aquello que pudo terminar en tragedia para el cristianismo, Él lo utilizó para Su gloria y para el fortalecimiento de Su iglesia. Puesto que la ofensa de Pedro fue pública, Pablo le amonestó delante de todos; y así desenmascaró su hipocresía ante la congregación entera.

Cada creyente en Antioquía -y sin duda muchos no creyentes- supo que Pedro había dejado de asociarse con los gentiles como antes lo había hecho de manera libre y abierta. Agustín dijo: "De nada sirve corregir en secreto un error cometido en público". A no ser que el pecado público de un creyente sea tratado en público, la gente va a pensar que la iglesia no toma en serio el pecado y por ende lo aprueba de manera tácita. Una iglesia que no disciplina a sus miembros que pecan (incluidos los miembros más sobresalientes), pierde su credibilidad porque no toma con seriedad sus propias doctrinas y parámetros. Un niño que no es disciplinado por portarse mal llega en poco tiempo a la conclusión de que las normas de sus padres carecen de importancia porque no se hacen respetar.

Tras asegurarse de haber determinado por medio de varios testigos que una acusación contra un anciano sea verdadera, Pablo dijo a Timoteo que el anciano debía ser reprendido "delante de todos, para que los demás también teman" (1 Ti. 5:20). La amonestación de Pedro por parte de Pablo muestra que ningún líder cristiano, sin importar su estatura, está por encima de la disciplina del cuerpo al que pertenece. El pecado público requiere la reprensión pública.

Pablo no tenía deseo alguno de enseñorearse de Pedro o elevar su propia reputación a costa de otras personas. Su motivo no fue humillar a Pedro, sino corregirle un error serio que había ocasionado la caída de muchos otros creyentes que siguieron su mal ejemplo. El apóstol no podía tolerar algo que amenazara la integridad del Evangelio, en particular si esa amenaza provenía de un líder destacado e influyente como Pedro.




COMENTARIO DESTACADO DEL DÍA DE HOY


GÁLATAS

Un estudio expositivo de John MacArthur sobre los libros de Gálatas y Efesios. En Gálatas, Pablo habla de su propia autoridad apostólica para la vida práctica en libertad cristiana. Y en Efesios, John examina el relato que Pablo hace desde la redención por la sangre de Cristo a la armadura del creyente. Un recurso excelente. En las páginas de este comentario expositivo no solamente se percibe un gran conocimiento de la Biblia, sino un amor y un celo profundos por la Palabra de Dios y por el Dios de la Palabra.












TRADUCCIÓN