martes, 27 de diciembre de 2016

“Con celestial serenidad, desciende nuestro don” 27 diciembre





“...Encontraréis a un niño ... acostado en un pesebre.” (Lucas 2:12 CST)


Phil Yancey pasó una Navidad en Londres y fue a un concierto de El Mesías de Handel. Relata lo siguiente: “Había estado por la mañana viendo los remanentes de la gloria de Inglaterra: las joyas de la corona, un cetro de oro, la carroza dorada del Alcalde Mayor … Es probable que imágenes semejantes hubieran llenado la mente de los contemporáneos de Isaías cuando escucharon la promesa: “…Se manifestará la gloria del Señor…” (Isaías 40:5). Sin duda los judíos pensaron en los días de la gloria de Salomón, cuando “…la plata y el oro [fueron] en Jerusalén tan comunes como las piedras…” (2 Crónicas 1:15). El Mesías que apareció, sin embargo, llevó encima la gloria de la humildad … El Dios que podía dar órdenes a los ejércitos y dirigir los imperios como piezas de ajedrez se presentó como un bebé que dependía de una pareja adolescente para cuidarlo, alimentarlo y amarlo. En Londres vi un poco de la forma en que los gobernantes avanzan por el mundo: con guardaespaldas, fanfarria de trompetas … colores vistosos … joyas ostentosas.

La reina Isabel II había visitado los EE.UU. hacía poco tiempo. Y había llevado 2000 kilos de equipaje … dos vestidos para cada ocasión … su peluquera particular … y un montón de otros ayudantes … La visita de Dios a la tierra tuvo lugar en un establo, sin sirvientes ni un lugar donde colocar al rey recién nacido, sino un pesebre. ¡Una mula podría haberlo pisado! El cielo se iluminó con ángeles; pero ¿quién vio el espectáculo? Pastorcillos analfabetos y a sueldo y que cuidaban las ovejas de otros, personas anodinas que no nos dejaron sus nombres”. La historia de la Navidad le inspiró a un sacerdote episcopal que visitó Belén en 1865 y escribió este famoso villancico (Oh pueblecito de Belén): “Con celestial serenidad, desciende nuestro don; así concede Dios su amor, a cada corazón. No se oye su venida, mas el Señor vendrá; al que le quiera recibir con Él habitará”.



BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")









TRADUCCIÓN