viernes, 16 de diciembre de 2016

AYUDA DEL ESPÍRITU SANTO 15 diciembre






PREGUNTA Y RESPUESTA DE DICIEMBRE 15 - 16 DE 2016

AYUDA DEL ESPÍRITU SANTO (ROMANOS 8)

"Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos."  Romanos 8:26-27


Pablo revela aquí una verdad que trae a todo creyente un consuelo inmensurable, y es que el Espíritu Santo se coloca al lado de todos nosotros y de la creación entera para gemir junto a ellos por la llegada del día final de restauración de Dios y Su reino eterno de justicia.

A causa de lo que queda en nosotros de la condición humana tal como la susceptibilidad al pecado y la duda, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. En este contexto, debilidad se refiere sin duda alguna a nuestra condición humana en general, no a debilidades específicas. El punto es que, incluso después de la salvación, nosotros nos caracterizamos por la debilidad espiritual. El llevar una conducta moral, hablar con la verdad y testificar del Señor o hacer cualquier otra cosa buena, es algo que sucede únicamente por el poder del Espíritu que obra en y por medio de nosotros a pesar de nuestras limitaciones humanas.

En varias ocasiones en su carta a los Filipenses, Pablo ilustra bellamente esa relación entre Dios y el ser humano. Hablando acerca de sus propias necesidades él dijo: "Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación" (Fil. 1:19). El Espíritu nos suministra todo lo que necesitamos para ser hijos de Dios: fieles, eficaces y protegidos por Él. En el capítulo siguiente, el apóstol exhorta: "Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2:12-13). El Espíritu de Dios obra de manera incansable en nosotros para que podamos hacer lo que nunca podríamos hacer solos: cumplir por completo la perfecta voluntad de Dios.

Para dejar en claro la manera como el Espíritu obra, Pablo pasa al tema de la oración. Aunque nosotros somos redimidos y estamos absolutamente seguros en nuestra adopción como hijos de Dios, de todas maneras no sabemos qué hemos de pedir como conviene. Pablo no se detiene para examinar a qué se debe nuestra incapacidad para orar como es debido, pero su afirmación abarca todos los aspectos de nuestra vida. A causa de nuestras perspectivas imperfectas, mentes finitas, fragilidades humanas y limitaciones espirituales, nosotros no estamos en capacidad de orar de una manera absolutamente conformada a la voluntad de Dios. Con frecuencia, ni siquiera estamos al tanto de que existen ciertas necesidades espirituales, y mucho menos sabemos cuál es la mejor manera como deben ser satisfechas. Incluso al cristiano que ora con sinceridad, fidelidad y regularidad, le resulta imposible conocer los propósitos de Dios con relación a todas sus necesidades individuales o las necesidades de otras personas por quienes ora. Aun cuando no sabemos qué es lo que Dios quiere para nosotros, el Espíritu mismo que mora en nuestro interior intercede por nosotros, para presentar nuestras necesidades delante de Dios, incluso cuando no sabemos cuáles son esas necesidades o cuando oramos por ellas sin sabiduría.

Pablo hace énfasis en que nuestra ayuda es traída por el Espíritu mismo. Su ayuda divina no solamente es personal, sino directa. El Espíritu no se limita simplemente a suministrarnos seguridad, sino que Él mismo es nuestra seguridad. El Espíritu intercede a nuestro favor de una manera, dice Pablo, que está totalmente más allá de la comprensión humana, con gemidos indecibles. El Espíritu Santo se une con nosotros en nuestro deseo de ser libertados de nuestro cuerpo terrenal y corruptible y de estar con Dios para siempre en nuestro cuerpo celestial y glorificado.





COMENTARIO DESTACADO DEL DÍA DE HOY


ROMANOS

John MacArthur lleva al lector a través de un estudio expositivo del libro de Romanos según lo registrado por el apóstol Pablo. La mayoría de los grandes avivamientos y reformas en la historia de la iglesia han estado relacionados directamente con esta carta. Responde a muchas preguntas del hombre y de Dios; y nos habla hoy día con el mismo efecto con que habló a los hombres del primer siglo. 











TRADUCCIÓN