“…sois carta de Cristo…” 2ª Corintios 3:3
Cuando
consideras a algunas de las personas a quienes Jesús llamó para ser Sus
discípulos, la palabra “problemáticos” te viene a la mente. Pero eso no le
disuadió a Jesús. Como el que encuentra un tesoro en la basura, Él vio su
potencial e hizo que lo pusieran en práctica y lo perfeccionaran. Ese es
también tu caso, ¿no? Escribe Pablo: “…Sois carta de Cristo expedida por
nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo…” (2ª
Corintios 3:3). Es decir, nadie escribe tu
historia, ni siquiera tú mismo, sino el Espíritu de Dios. Así pues, tus
mejores días están por venir. En una mesa de libros usados y muy ajados con
precios diminutos se encontraba una vieja Biblia. Muchos la habían cogido y
ojeado. Estaba en muy mal estado y no valía dos centavos, por lo que lo habían
colocado en la mesa de saldos.
Un hombre la
cogió, reprimió un grito y fue apresurado al mostrador a pagar el precio
irrisorio. Resulta que esa Biblia era
una original de Gutenberg, valorada en más de un millón de euros. ¿Cuántas
veces ese viejo libro había pasado de mano en mano hasta que alguien lo
redimió? ¿Cuántas veces el mundo lo despreció, desconociendo su valor? De la misma
manera, todos nosotros fuimos trasteados hasta que Jesús vio el valor en
nosotros. Pero en lugar de pagar un precio de saldo, pagó el precio más alto:
“…Cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8
NVI). Por lo tanto, cuando tengas un mal día, mírate al espejo y recuerda:
‘Dios me ama tanto que pagó el precio del Calvario’. Y luego intenta ver a los
demás como tesoros sin los cuales Dios no puede vivir; pecadores redimidos por
Cristo.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")