"Andad en
él" Colosenses 2:6
Si hemos recibido a Cristo en nuestros corazones, nuestra nueva vida
manifestará el íntimo conocimiento que tiene de él, observando una conducta de
fe en él. Andar denota acción. Nuestra religión no tiene que aprisionarse en
nuestra cámara secreta; tenemos, más bien, que llevar a la práctica lo que
creemos. Si un hombre anda en Cristo obrará como obraría Cristo, pues estando
Cristo en él, con su esperanza, su amor, su gozo y su vida, el tal es el
reflejo de la imagen de Jesús, y los hombres dicen de él: "Es igual a su
Maestro; vive como Jesucristo". Andar significa progreso. "Así andad
en él". Creyente, avanza de gracia en gracia; corre adelante hasta
alcanzar el más alto grado de conocimiento que el hombre puede obtener en
cuanto a nuestro Amado. Andar denota permanencia. Tenemos que gozar de una
perpetua permanencia en Cristo. ¡Cuántos cristianos piensan que sólo por la
mañana y por la noche deben tener comunión con Jesús, y que después, pueden
entregar sus corazones al mundo durante el día! Es esa una manera muy pobre de
vivir. Nosotros tendríamos que estar
siempre con él, andar en sus pisadas y hacer su voluntad.
Andar denota también hábito. Cuando hablamos de la conducta y de la
conversación de un hombre nos referimos a sus hábitos y al constante tenor de
su vida. Ahora bien, si nosotros por un tiempo gozamos de Cristo, y después lo
olvidamos; si a veces decimos que es nuestro, y luego lo abandonamos, entonces
no tenemos perseverancia, no andamos en él. Tenemos que estar constantemente
unidos a él, no abandonándolo jamás. Tenemos que "vivir y tener nuestro
ser en él". Persevera, cristiano, en el mismo camino en el que has
empezado a andar, y como al principio Jesús fue la esperanza de tu fe, la
fuente de tu vida, el motivo de tus actos y el gozo de tu espíritu, que siga
siendo así hasta el fin. Que lo sea también cuando pases por el valle de la
sombra de la muerte y entres en el descanso eterno.
CHARLES
SPURGEON - (Dev. “LECTURAS MATUTINAS”)