“…voy, pues, a preparar lugar para vosotros.” Juan 14:2
En este
devocional enfatizamos la importancia de aprovechar cada día al máximo:
disfruta ahí donde estás mientras te diriges a tu destino. Y ese es buen
consejo. Pero en última instancia, como hijo redimido de Dios tu mayor anhelo
no deberían ser las cosas temporales sino las eternas: tu hogar celestial.
Jesús lo describió así: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no
fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros”.
(Juan 14:2). Escribe Max Lucado: “El viaje a casa es agradable, pero no es la
meta. Preparé parte de este mensaje en un avión. Mientras miraba alrededor a
los otros pasajeros me fijé que eran personas tranquilas y satisfechas. Gracias
a libros, almohadas y crucigramas, pasaban el tiempo bastante bien.
Pero supongamos
que escucháramos este anuncio: ‘Señoras y señores, este vuelo es su destino
final. Nunca aterrizaremos; su hogar es este avión, así que disfruten del
viaje’. Los pasajeros se rebelarían, se
apoderarían de la cabina y buscarían un lugar donde aterrizar. No
aceptaríamos tal idea. El camino no es el destino. La nave no es la meta.
Aquellos que se conforman con el disfrute del recorrido se conforman con
demasiado poco. El corazón nos dice que hay mucho más en esta vida que la vida
misma. Nosotros, como ET (el extraterrestre de la película), apuntamos con el
dedo hacia arriba. No sabemos dónde está exactamente nuestro hogar pero sabemos
que el avión no lo es”. Jesús dijo: “…Voy, pues, a preparar lugar para
vosotros” (Juan 14:2) Y no hay lugar en la tierra que se le parezca. Así que
vive con tu mirada puesta en el cielo.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")