“… estad así
firmes en el Señor…” Filipenses 4:1 (Leer: Filipenses 3:12–4:1)
El Monte Tianmen, en China, es considerado una de las
montañas más hermosas del mundo. Para ver sus elevadísimos acantilados en todo
su glorioso esplendor, hay que tomar el teleférico Tianmen Shan, que recorre
una distancia de 7.455
metros (4,5 millas ). Es asombroso que este teleférico
pueda cubrir semejante trayecto y subir laderas tan empinadas sin un motor
interno. Sin embargo, asciende seguro a esas enormes alturas al mantenerse
firmemente sujeto a un cable movido por un motor poderoso.
En nuestra travesía de la fe, ¿cómo podemos terminar la
carrera y proseguir «a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en
Cristo Jesús»? (Filipenses 3:14). Como el teleférico, nos mantenemos aferrados
firmemente a Cristo. Esto es lo que quiso decir Pablo al indicar: «estad así
firmes en el Señor» (4:1). Los recursos
no están en nosotros, sino que dependemos por completo de Cristo, quien nos
impulsa para que avancemos. Él nos llevará a superar los desafíos más
grandes y nos guiará seguros hasta el hogar celestial.
Cerca del final de su vida terrenal, el apóstol Pablo
declaró: «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la
fe» (2ª Timoteo 4:7). Tú también puedes hacerlo. Simplemente, mantente tomado
de Cristo firmemente.
Señor, gracias porque nunca sueltas mi mano.
Guardar la fe significa confiar en que Dios te cuidará
fielmente.
(La Biblia en
un año: Efesios 4:1-32)
ALBERT LEE - (DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO")