Quiero ofrecer
una palabra especial a todos los que han llegado a través de muchas
inundaciones y hornos de fuego de la aflicción. Creo que es posible que tu
tiempo de prueba no tenga nada que ver con la disciplina. Más bien, es algo eterno, algo que tiene que ver con su vida en el
nuevo mundo por venir.
La batalla que
estás soportando ahora no es de este mundo, no se trata de la carne, ni sobre
el diablo. Esta guerra es la preparación para el servicio eterno en la gloria.
Tú estás siendo preparado para el servicio en el otro lado.
PREPARACIÓN
DIVINA.
Piensa en esto:
El mismo día que te comprometiste a confiar en Dios, Él sabía que tu prueba
actual vendría. Él sabía entonces que tú Le amarías a través de todo lo que
venga hacia ti y serías un vencedor.
Estoy
convencido de que en este momento todo lo que enfrentas apunta a la Nueva
Jerusalén. El apóstol Juan escribe sobre ese tiempo venidero:
“No habrá más maldición; y el trono de
Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán” (Apocalipsis
22:3).
“No habrá allí
más noche. . . y reinarán por los siglos de los siglos” (22:5).
“Nos has hecho
para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (5:10).
Todo esto habla
de actividad. Sugiere que Dios nos está preparando ahora para lo que Él quiere
confiarnos en el nuevo mundo. En pocas palabras, Él tiene planes para nosotros
más allá de nuestra comprensión.
Pablo habla de
esto cuando dice vamos a servir a Dios continuamente, con todo gozo:
“Juntamente con
él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con
Cristo Jesús, para mostrar en los siglos
venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús” (Efesios 2:6–7, las cursivas son mías).
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)