Seguramente que
todo anhelo de nuestro corazón es que nuestros hijos vivan toda su vida
enamorados de Dios. Somos nosotros los padres, los que tenemos la
responsabilidad de encaminar a nuestros hijos a amarlo, que lo conozcan y se
enamoren de Él, que le sirvan y se capaciten en Su Palabra para llevar a más y
más personas a los pies de Cristo.
Hemos hablado
antes acerca de que somos influencia en nuestro hogar en muchas áreas, y el
amar a Dios no es la excepción, nuestros hijos actúan más por nuestro ejemplo
que por lo que podamos decirles. ¿Cuál es el mejor legado que les podemos
dejar?
"Me
acuerdo de tu fe sincera, pues tú tienes la misma fe de la que primero
estuvieron llenas tu abuela Loida y tu madre, Eunice, y sé que esa fe sigue
firme en ti." 2ª Timoteo 1:5 NTV
De nosotros
ellos aprenderán a buscar a Dios. ¿Ellos nos escuchan orando? ¿Ellos nos ven
leyendo la Biblia? ¿Ellos nos ven hablando a las personas de Jesús? ¿Ellos
perciben tu amor a Dios? ¿Cómo reaccionamos cuando vienen los problemas? ¿Eres
el mismo/a dentro y fuera de la iglesia?
¿Cuál es tu manera de hablar diariamente? ¿Qué cosas están saliendo de tu boca?
¿Cómo tratas a tu esposo/a? ¿Estás dando
gracias en cada circunstancia que te rodea? ¿Quiénes son tus amistades más
íntimas? ¿Qué lugares frecuentas? ¿Qué tipo de música escuchas comúnmente?
¿Qué tipo de películas estás viendo?
Esto no es un
juicio, simplemente un análisis que ellos ya nos hicieron, pues son nuestros
mejores jueces. Y como hemos dicho desde el principio del reto, siempre podemos
mejorar.
Hebreos 6:12 “A
fin de que no seáis perezosos, sino imitadores de los que mediante la fe y la
paciencia heredan las promesas”.
El que ellos
amen a Dios, será gran parte por lo que aprendieron de ti. Ese es nuestro mayor
legado y lo que ellos recordarán siempre de sus padres. Esto les hará su vida
menos pesada, no quiere decir que nunca tendrán contratiempos, pero si sabrán
hacerle frente a ellos con sabiduría, con la guía del Espíritu Santo y con la
confianza de que las decisiones que tomen serán las correctas y aprenderán que
cualquiera que sea el resultado les será de bendición porque todo,
absolutamente todo ayuda a bien a los que amamos a Dios.
Romanos 8:28 “Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es,
a los que conforme a su propósito son llamados”.
Cuando amamos a Dios nuestra vida es diferente
porque anhelamos hacer todo para agradarle a Él; visualiza a
tus hijos haciendo todo para Dios ¿No sería mucho mejor verlos enamorados de
Dios que verlos enamorados de las cosas del mundo?
Sigamos orando
por ellos no importa la edad que tengan, Dios es bueno y su llamamiento es
irrevocable, oremos para que ellos se enamoren todos los días de Él.
Enséñales a tus
hijos con tu propia vida que en todo momento pueden adorar a Dios.
Recordemos: ¡Yo
soy el ejemplo que ellos seguirán!
“Hermanos, sed
imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis
en nosotros.” Filipenses 3:17
MÓNICA ALDUCIN - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)